Hoy en día el cubrebocas se ha convertido en parte esencial para la interacción entre las personas, pero el uso correcto es fundamental para evitar un mayor número de contagios de Covid-19.
Ya que al hablar se expulsan pequeñas gotas de saliva que pueden alcanzar una distancia de un metro, pero al toser o estornudar este fluido puede llegar hasta cuatro metros y si la persona ya ha adquirido el virus SARS-CoV-2, la posibilidad de contagiar a otros se incrementa considerablemente si no protegen sus vías respiratorias.
Es necesario utilizarlo adecuadamente para lograr su total eficacia y con el paso de la entidad a amarillo en el semáforo epidemiológico, se incrementará la movilidad, por lo que su utilización toma mayor relevancia.
Tanto para colocarlo, como retirarlo, se deben lavar perfectamente las manos, tomarlo por los elásticos y acomodarlo bien para proteger mentón, nariz y boca, de tal manera que no queden aberturas por ningún lado.
Se debe evitar tocarlo a cada momento, por lo que hay que ajustar los resortes que quedan detrás de las orejas o la cabeza, usarlo del lado correcto.
El cubrebocas pierde toda eficacia si se pone en la frente, en el cuello o la cabeza, además de que se ensucia.
En el caso de los cubrebocas desechables, se recomienda cambiarlo si se ha ensuciado o está húmedo, usar uno al día, destruirlo cortando los elásticos y depositarlo en la basura para evitar que alguien lo pueda utilizar.
Los reusables, que regularmente son de tela, se deben lavar diariamente con detergente y agua, de preferencia caliente, si esto no es posible, enjuagar en una solución de agua con cloro y dejarlo secar perfectamente.