Un hecho irrefutable es la mayoría obtenida por Morena en las pasadas elecciones del primero de julio, donde los ciudadanos decidieron darle la espalda al PRI, PAN y PRD, los otrora principales partidos en el país y la entidad mexiquense.
Hoy la apuesta ciudadana fue hacia un partido emergente como Morena, quien en sus escasos años de vida ha registrado un crecimiento exponencial, detonado por la intensa actividad del hoy virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, el PAN y PRD, además de PRI como tercero interesado, impugna el acuerdo del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), bajo el cual Morena y sus aliados del PT y Encuentro Social estarían asegurando una mayoría calificada en el Congreso local.
Aducen que el porcentaje de votación obtenido por Morena no coindice con el número de diputados locales que finalmente tendrá en la Legislatura local.
Incluso el PRD señala que Morena postuló a candidatos morenistas bajo el logotipo del PT y Encuentro Social, con el objetivo de asegurar más posiciones en el próximo Congreso local.
De esta forma nuevamente vuelve del debate sobre la sobrerrepresentación favor de un partido político, que en este caso es Morena.
No obstante, dicho fenómeno se ha presentado en elecciones anteriores, pero con un saldo favorable al PRI, quien era el partido con una persistente mayoría.
El Instituto Electoral de la entidad, quien hizo la asignación de las diputaciones locales de representación proporcional o plurinominales, asegura que se apegó a la legalidad y no cuenta con otro instrumento más que la legislación comicial.
Por ello, la clave se encuentra en las distintas estrategias y acuerdos que instrumentan los partidos políticos, sobre todo cuando arman coaliciones, que combinado con un resultado electoral favorable determina un escenario que puede ser cuestionable para otros partidos. *