Con los dedos, uno a uno, el reportero va contando las fotos que están pegadas en la pared del fondo adornada con las figuras hechas con papel de china y dice que hacen falta nombres. En los recuadros de las fotos hay 12 rostros, pero el periodista hace memoria y nota que, por las premuras, hicieron falta algunos.
“Los vamos poniendo en estos días”, dice Sergio Villafuerte, el presidente de la Asociación de Periodistas del valle de Toluca, donde este viernes instalaron la ofrenda.
La habitación es demasiado chica, si la intención fuera reunir a los 12 que aparecen en las fotos y surgieran los abrazos, los estrechones de mano e incluso los tequilas, pero para la ofrenda ha sido idónea.
“Los ves y no lo puedes creer que ya no estén”, reflexiona José Nader, director del Diario y quien es el primero que llega a la cita de la ofrenda y trajo consigo unas veladoras que hacen falta en el altar.
Para los pocos que ya están en la habitación, no es fácil mirar los retratos. Comienzan a recordar la última vez que los vieron y dónde estaban, lo que charlaron y cómo se saludaron.
“A Adriana la veía seguido porque nos íbamos juntos a las reuniones editoriales”, recuerda Pepe Nader.
Samuel, otro de los periodistas que llegaron a la ofrenda. trajo consigo un par de cervezas que puso en los extremos de la ofrenda. Sonríe y bromea sacando un chiste sobre los periodistas y el alcohol.
José y Samuel coinciden en que los tequilas y las cajetillas de cigarros que se pusieron en la ofrenda son elementos infaltables.
“Me acuerdo que antes las redacciones olían siempre a tabaco”, cuenta Nader.
UNA OFRENDA DE REFLECTORES
La ofrenda que este año se instaló en el aula de capacitaciones de la APVT quedó frondosa y cálida, pese a que ya son más nombres y fotos los que aparecen en ella. Le adornaron con unas cámaras réflex que son parte del archivo de reliquias de la asociación y lucen perfectas en la alfombra de cempasúchil.
Sobre el segundo piso se puso el pan, un poco de chayote cocido con camote y unas calaveritas de azúcar. Al fondo de todo el escenario, las 12 fotos.
“En este platito pusimos calabacitas, le gustaban mucho a Adriana”, cuenta la joven que se encarga de las oficinas.
Cuando comienza la ceremonia, cada uno toma cerillos y prende las veladoras y los inciensos. De pronto, al salón de la ofrenda, se suma Mariano Soriano, un fotógrafo retirado de El Sol de Toluca, quien también tomas los cerillos y prende las veladoras. Luego se enfrasca en saludos y charlas con los viejos amigos, muchos de ellos sin verse hace generaciones.
Por eso el momento es especial y por eso las fotos evocan nostalgia y suspiros hondos.
“Muy jóvenes todos”, dice uno de los reporteros en la habitación para referirse a las fotos y explicar que la muerte llegó cuando no debía.
12 FOTOS
De izquierda a derecha y en cada extremo, los rostros que aparecen en las 12 fotos son amigables para los reporteros y fotógrafos que están en el salón. Hay 10 reporteros y dos fotógrafos. Y casi todos se fueron entre el año pasado y este año.
Aparece primero Manuel Gamboa, quien se fue a principios de marzo, le siguen Jesús Ruiz y Patricia López, quienes se fueron en años distintos, primero fue Paty, y luego Chucho, él apenas este año.
Luego aparecen las fotos de Eliseo Lugo y Adriana Tavira, dos de los periodistas que jalaron las riendas de la APVT, cada uno a su manera y tiempo.
Al extremo derecho aparece la foto de Francisco Cruz, de Panchito Cruz, quien luce su camiseta futbolera y el primero que organizaba cada año los partidos entre fotógrafos y reporteros.
A Panchito se le extraña en especial. Se añora su humor, porque hasta en la foto parece que echa un chiste negro y saca carcajadas para hacer el día ameno y menos agrio.
Entre las 12 fotos, las de Enrique García y Nevith Condés son de una tragedia aparte. Porque a ellos no los arrebató el virus, los arrebató la violencia. A Enrique, en 2021 y a Nevith en 2019.
Esas 12 fotos las siguen contemplando los reporteros y fotógrafos que están en la habitación y nuevamente Sergio Villafuerte promete que en los siguientes días ampliarán los recuadros con los que faltaron.