Conscientes de la pandemia por Covid-19, pero sin aceptar la decisión de las autoridades de cerrar el panteón de la delegación Santa Ana Tlapaltitlán, Mariana Ramos lamenta no poder cumplir la tradición de velas a sus muertos.
Será la primera vez en mis casi 80 años de vida que no estaré con mis abuelos, con mis padres, con mi esposo y demás familiares enterrados en ese camposanto y me preocupa, pues no podrán salir del lugar donde están para disfrutar una noche de todo lo que amaban en esta vida.
Mira, dice doña Mariana, ya fui a hablar con el párroco, él está de acuerdo en la diferencia de poner un altar en la casa, reconoce que debemos hacerlo aunque no será lo mismo, pues nuestros muertos están acostumbrados a vernos en sus tumbas.
“Cada año preparamos los platillos que más les gustaban, yo los llevo en una canasta de vara igual a la de mi abuela, cuando de niña iba con ella al panteón, cada año bordo un mantel especial para llevar los alimentos de mis muertos, esta vez se quedará sin estrenar.
“Mi ofrenda para la tumba incluye pollo en cacahuate, porque mi marido hasta limpiaba el plato con la tortilla, le encantaba esa salsita espesa y le gustaba más con carne de cerdo que con pollo.
“Mis hermanos llevan una grabadora y discos con corridos, danzones y las canciones que les gustaban a mis abuelos, a mis papás. Antes llevábamos grupos, pero luego el dinero empezó a escasear y ya no alcanzó para eso.
“Creo que lo importante es no romper la tradición, llevarles alegría y estar con ellos un día al año, porque ellos nos dieron muchos días de su vida cuidados y cariño", relata Mariana.
Señala estar muy triste por todas las medidas puestas en marcha para evitar contagios del virus SARS-CoV2, pues al principio no creía en su peligrosidad, pero cuando vecinos suyos enfermaron y murieron se dio cuenta de su letalidad.
No recuerda ninguna pandemia y la única epidemia que le tocó vivir fue la de la influenza H1N1, pero duró pocas semanas, por eso, comenta, no se imaginó nunca que duraría tantos meses ni que causara tantas muertes.
Ya hasta miedo me da escuchar en las noticias las cifras de muertos y contagiados, refiere, por eso voy a respetar la prohibición de asistir al panteón, porque antes ya les había dicho a mis hijos y a mis hermanos que no lo haría, tenía la intención de ir al panteón, meterme como pudiera y velar mis tumbas y a mis muertos.
Pero no, subraya, no voy a desafiar a la muerte ni a esa enfermedad Covid-19, aunque ya estoy grande todavía tengo ganas de estar con los míos, de seguir viva y no enfermarme, por eso uso cubrebocas aunque no me gusta y casi no salgo de mi casa, concluye.