La reforma al sistema de pensiones del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) polariza las opiniones de los sindicatos de maestros y trabajadores de la entidad, pues representaria un cambio radical en la generación de jubilaciones para los servidores públicos estatales.
De inicio, el gobierno estatal optaría por una esquema similar al de las Afores, donde cada empleado va garantizando su propia pensión, distinto al sistema actual, en el cual se les descuenta a los trabajadores una cuota para el retiro, en una modalidad de reparto solidario.
Esto obedece a la crisis que desde hace años vive el ISSEMyM, misma que no es privativa de esta institución, sino similar a la que ya han vivido otras instituciones de seguridad social, quienes han visto agotado el modelo de pensiones o jubilaciones.
Optar ahora por un cambio a cuentas individuales o incluso a la administración de Afores preocupa a dichos sindicatos en la medida que pondría en riesgo el retiro de los servidores públicos. Incluso se perciben riesgos en la atención médica que podrían recibir los derechohabientes.
No es una medida fácil, pues significa cambiar el paradigma del estado benefactor, a un gobierno donde el trabajador debe ser más cuidadoso en la planeación de su futuro económico.
Por ello, llama la atención que en el Congreso mexiquense la mayoría del PRI opte por la premura para aprobar dicha iniciativa, aún cuando los propios sindicatos ofrecen otras alternativas.
Entre ellas elevar la cuota de los trabajadores para el retiro y mejorar la administración del fondo de pensiones, el cual ya ha registrado otras reformas en años anteriores. *