Pese a contar con servicio de agua en sus viviendas, decenas de mujeres que habitan en San Bartolomé Tlaltelulco, perteneciente al municipio de Metepec, acuden hasta dos veces por semana a lavar su ropa en los lavaderos comunitarios que están a un costado de la calle 16 de septiembre, los cuales tienen una antigüedad de aproximadamente 60 años.
Rosa Isela Romero Ávila es una de las beneficiarias de los lavaderos que reciben agua de un ojo de agua asentado a unos cuantos metros de distancia, al que tienen acceso todas las mujeres del poblado asentado en los límites de San Felipe Tlalmimilolpan, en Toluca, y Santa María Nativitas, en Calimaya.
“Regularmente venimos en la tarde, después de la una, me aviento como tres horas más o menos y así como voy lavando voy poniendo mi ropa a escurrir para poder llevármela en la carretilla cuando acabo y que no esté tan pesada”, mencionó la señora Rosa.
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La entrevistada comentó que prácticamente toda su vida ha acudido a los lavaderos a lavar su ropa, por lo que el tiempo que pasa haciendo dicha labor le ayuda a despejar su mente de las preocupaciones cotidianas, aunado a que se puede poner al día a otras personas que también acuden al sitio.
“Ahorita se acaba de ir una muchacha que también viene a lavar, y pues para que no se nos haga pesado nos traemos nuestra bocinita, para estar escuchando música, y mientras lavamos también echamos una platicada para no aburrirnos”, reconoció la señora Romero, quien mencionó que los días de mayor afluencia en los lavaderos son los miércoles y viernes, así como los feriados y fines de semana largos.
Ganarle al tiempo
De acuerdo con Rosita, como la llaman sus familiares, los lavaderos comunitarios le ayudan a ganarle a las manecillas del reloj, debido a que no cuenta con lavadora en su vivienda y el agua le cae únicamente por las noches.
"De aquí a que me espero a que llegue el agua yo ya lavé y hasta se secó mi ropa, mejor me vengo para acá y me apuro, ya nomás en la casa lavo la ropa pesada como edredones y cobijas. Ahorita si vamos a mi casa y le abrimos a la llave, va a ver que no hay agua, por eso nos vemos obligados a venir aquí", comentó la entrevistada.
En los lavaderos comunitarios de San Bartolomé Tlaltelulco hay 24 lavaderos alineados de tal forma que la vieja construcción es un espectáculo geométrico para la vista de cualquier persona, además de ofrecer una postal panorámica única del volcán Xinantécatl.
Se puede acceder al lugar por medio de escaleras, y las muejes que hacen uso de ellos deben llevar los insumos necesarios para lavar su ropa a mano, como se hacía "a la antigüita" antes de que fueran inventadas las lavadoras.
El agua sucia es enviada al drenaje de la zona y tiene destino en el río El Arenal.
"Cuando no hay clases es cuando se llenan, a veces nos venden comida o si son días largos de lavar la gente se trae su taco de su casa para no gastar, se pone bueno cuando somos varias las que estamos aquí y podemos platicar a gusto mientras lavamos, a mí me gusta mucho venir", adicionó Rosita.