Los jóvenes son uno de los sectores más vulnerables a la violencia aunque no es el único, pues lamentablemente ésta se ha vuelto una acción generalizada en el país, coincidieron en señalar especialistas en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
En la semana, estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la máxima casa de estudios mexiquense se manifestaron para solicitar mayor seguridad a las autoridades competentes y mencionaron que su movimiento permanecerá activo.
Al respecto, el politólogo Miguel Ángel Sánchez expresó que dicha demanda es legítima y la autoridad debe considerar estrategias para garantizar la integridad de la comunidad.
Por su parte, el profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEM, Juan Luis Ramírez Rita, apuntó que ese tipo de expresiones es un llamado de autoprotección.
Explicó que la denominada generación de los millenials es una de las vulnerables o sensibles a los actos violentos, lo cual no es exclusivo de los estudiantes.
Los jóvenes ocupan el mayor número de víctimas si revisamos estadísticas; si muere un narcotraficante es un joven, si muere un miembro del ejército o de la Policía federal es joven, entre estas cosas también mueren jóvenes estudiantes y jóvenes trabajadores.
El 1º de septiembre se encontró el cuerpo de Deni Aurora Hernández en una barranca de Ocoyoacac, la joven era estudiante de la Facultad de Humanidades de la UAEM. Mientra tanto, en la UNAM, un grupo de alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) fueron agredidos por un grupo de porros en Ciudad Universitaria tras una manifestación. Ahora ambos piden justicia a las autoridades.
Al respecto, el profesor Sánchez afirmó que el problema de la violencia está a la orden del día, aunque lo presentado en la UNAM es semejante al movimiento del 68, por la demanda de justicia y solidaridad, cuyo lema adoptaron los estudiantes violentados.
La inseguridad y la violencia, sostuvo, son visibles en los jóvenes con los hechos recientes, pero lamentablemente en México es un fenómeno generalizado en la sociedad.
No es una característica de su generación sino que les ha tocado convivir con ello, como una consecuencia de tanto desgaste.
La razón de las marchas, indicó, está justificada y dependerá de las autoridades el encauzar la petición de los integrantes de la comunidad, para que cuaje como acuerdo y no como inestabilidad.
Por su parte, Ramírez Rita consideró que resulta imposible estimar si el movimiento crecerá, aunque existen condiciones para ello, no se puede hacer “futurismo” porque en días pasados o semanas anteriores nadie hubiera pronosticado o imaginado una marcha del CCH que desembocó en violencia.
No obstante, “estamos en una situación de riesgo sin medidas de seguridad, sí el movimiento puede crecer, sí hay condiciones de que eso ocurra, pero no lo quiero afirmar”.
Exhortó a los mexicanos a generar corresponsabilidad para detener las situaciones de violencia y las agresiones, pues se deben buscar acciones pacíficas.
Abundó que este tipo de expresiones forman parte del inconsciente colectivo y de la mentalidad de todos en varios ámbitos, lo cual se basa en un temor generalizado y de autodefensa, que ha privado la paz en el país.