Lo que es basura para unos, es comida para otros y el mejor ejemplo es la Central de Abasto de Tultitlán unas de las principales abastecedoras de producto de consumo en el Valle de México con un aforo diario de más de 28 mil personas.
Aquí se dan cita personas de todas partes comenzando por los vendedores y 11 mil empleados. Entre ellos se encuentran los cargadores que pasan a toda velocidad con sus diablitos cargados de decenas de kilos de comida sin dar tregua al descanso.
A sus 9 años Juan conoce lo que es el hambre al igual que sus cinco hermanos, solo come una vez al día y no lo hacen en casa sino en la Central de Abasto donde acuden a recolectar verduras y frutas de la basura junto con su madre.
En los últimos 5 años la familia de Juan acude a este centro de abasto en busca de recolectar comida en los sitios donde los comerciantes dejan alimentos que supuestamente ya no sirven para la venta.
Desperdicio de alimentos
El Estado de México desecha entre 9% y 10 por ciento del total de alimentos a nivel nacional calculado en alrededor de 20.4 millones de toneladas al año según el Banco de Alimentos en la entidad,
De acuerdo con comerciantes de la Central de Abasto de Tultitlán en dicho complejo comercial el desperdicio es de hasta 25 por ciento de frutas y verduras.
Hasta sus contenedores llegan asociaciones o casas hogares para rescatar, aquellos alimentos que pudieran servir y no ser desechados, además de que, de manera local, los comerciantes bajan precios o bien ofrecen aquellos productos que están próximos a caducar a fin de evitar el desperdicio.
Rafael Huerta nutriólogo del IMSS afirmó que a este desperdicio se le debe de sumar el 17 por ciento que producen los hogares, un 5% los restaurantes y hoteles y el 2% del comercio al por menor.
“De ahí que se está haciendo un llamado a las autoridades locales, estatales y federales a buscar mecanismos que ayuden a mitigar el desperdicio se alimentos”.
Cáscara de papas para hacer quesadillas
“Yo vengo de un pueblo pobre del Estado de México y mi mamá usaba todo lo que teníamos para alimentarnos, como la piel de las papas lavadas y cocidas con cebolla para hacer quesadillas.
Ahora, sabiendo que alguna gente no tiene mucho que comer a pesar de que hay mucha comida disponible, me impulsa a aprovechar lo más posible y no desperdiciarlo",afirma Rosario Martínez.
La Chef ejecutiva quien trabaja en uno de los restaurantes más prestigiosos de Ciudad Satélite asegura que aprovecha al máximo cada ingrediente como las orillas de los jitomates para hacer la salsa para el arroz o las colas de las cebollas para sazonar el pollo.
“Solamente usamos recetas específicas y medimos las cantidades con exactitud para cocinar. Cocinamos cantidades pequeñas y con más frecuencia nuestras recetas, como el cotizado mole.
Mantenemos el inventario al día con fechas y etiquetas y siempre usamos primero lo que debe salir primero para prevenir que se desperdicie”, detalla Rosario.