Uno de los grandes retos de la Cuarta Transformación será cómo lograr y materializar la igualdad entre mujeres y hombres, pues aun cuando ya se ha logrado la paridad, México es uno de los países con mayores brechas de desigualdad, ya que las mujeres no han sido incorporadas al desarrollo.
Yenifar Carina Gómez Madrid del Observatorio Ciudadano Contra la Violencia de Género, advirtió la necesidad de transformar las diferencias entre mujeres y hombres para tener relaciones con igualdad, pero también la organización de instituciones públicas que tradicionalmente han operado de manera androcéntrica.
Al participar en el cuarto y último foro regional sobre el Plan Nacional de Desarrollo sostuvo que no puede haber cuarta transformación sin garantizar la ciudadanía plena de las mujeres y la participación de la sociedad civil.
También advirtió que ha incrementado la violencia psicológica, aún más que la física, pero algunas instituciones casi no la atienden, sobre todo a nivel jurídico, pues ni las amenazas, ni la violencia verbal están tipificadas en el Código Penal y eso dificulta denunciar y sancionar.
Consideró que es un vacío jurídico y un problema de salud pública que cuesta al Estado y puede cobrar vidas, pues son violencias que a veces no se ven, pero se viven y se normalizan; por lo cual planteó la posibilidad de hacer una reforma.
También consideró que debe haber diagnósticos muy específicos para visibilizar problemáticas de mujeres, niñas y adultas mayores, fijar metas, estrategias e indicadores y subrayó que en cumplimiento a tratados internacionales y a otras normas el Estado está obligado a implementar políticas públicas, programas, normativas que respeten y garanticen los derechos de las mujeres.
La activista resaltó que la igualdad de género, la no discriminación, ni exclusión son pilares transversales del plan con un enfoque alineado a la agenda 2030 y son una área de oportunidad para buscar la igualdad entre hombres y mujeres, pues al considerar a las personas como el centro, el plan debe dar dar prioridad a más de la mitad de la población, es decir, a las mujeres que sufren mayor discriminación.
Resaltó que falta trabajar en propuestas, pues siguen los feminicidios y siete de cada diez mujeres viven una situación de violencia.