Josué recoge un cristo negro sin brazos del altar de piedra. Intenta limpiarle el polvo. La estatuilla luce corroída y le cuelga un rosario. Es una de las que integran un altar de figuras rotas que construyeron los recolectores de basura que se instalan en el camino hacia Santiago Miltepec, municipio de Toluca.
Al pie de una lomita de cerro, el nicho permanece como un refugio de fe para Josué y José, dos recolectores de basura que custodian a diario el contenedor de basura instalado en Paseo Matlazincas. Siempre a la espera a que lleguen los vecinos con la basura.
Las figuras religiosas han ido apareciendo con los años entre los bultos de residuos, dice Josué. Ellos las limpian y si se puede, intentan repararlas para depositarlas en su altar de fe.
Los juntamos por la religión de uno, creemos en ellas y los santitos nos dan suerte.
Josué, recolector de experiencia y proveniente de Almoloya de Juárez.
Detrás del cristo negro, sobre otra piedra, descansa el torso de un Niño Divino. La figurilla también fue hallada entre los desechos.
El altar se puso en la entrada a Santiago Miltepec en el barrio tradicional de Zopilocalco. Justo en el cruce con Paseo Matlazincas, donde cada mañana y tarde los recolectores se persignan para tener un día fructífero.
Llegamos a las siete de la mañana y nos vamos hasta las ocho de la noche.José, otro recolector.
Josué y José hace poco rescataron de una bolsa de basura un cuadro en repujado de una virgen de Guadalupe. Esa ha sido su contribución al altar de las figuras rotas.
PIEZAS
El nicho lo componen 18 piezas: 4 cristos, 4 vírgenes de Guadalupe, 1 rosario, 3 cruces, 1 Niño Divino, 1 San José y un San Martín Caballero. Todos asemejan a cuerpos rotos. Les hacen falta un brazo, una pierna, están fisuradas, con el rostro desecho o están carcomidos por el paso de los años. Pero allí en el contenedor han recuperado su utilidad.
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En medio del altar, hay una figura de unos 20 centímetros de San José, es de los que lucen más enteros. A San José se le reconocen virtudes dentro de las escrituras bíblicas como hombre trabajador, honesto y fuerte.
A un costado permanece recostado un San Martín con su caballito al que le hacen falta las patas traseras. El patrón del trabajo y las oportunidades, por ello es de los favoritos de los recolectores.
Uno como creyente, las tiene aquí porque hace falta tener una ayuda que nos motive.Josué.
Las estampillas de la Virgen de Guadalupe son quizás las que padecen más las inclemencias del temporal de lluvias. También un retrato de un San José que apenas se distingue por el deslave del papel.
El lugar es un refugio de fe. De esa que nace del sincretismo religioso en México. Así lo asimilan Josué, José y sus otros dos compañeros que a diario hacen turnos dobles en el contenedor.
ARDUA LABOR
El trabajo del grupo de recolectores es duro. Son 13 horas diarias para cubrir en la que los cuatro se turnan para subir al contenedor y separar los residuos que llegan.
“Sí, es duro, pero uno se acostumbra hasta a los olores”, agrega José. El grupo labora para Servicios Públicos del ayuntamiento de Toluca, aún así, el salario no siempre alcanza.
“Aquí se encuentra de todo, una vez un chavo nos vino a dejar unos zapatos nuevos que no le quedaron”, recuerda Josué.
El contenedor de al menos 10 toneladas genera mucha labor a diario. Por eso Josué y José siempre lucen sus ropas llenas de grasa.
“Sale poco de propinas pero sí, siempre dejan algo”, reiteran.
Frente al altar de figuras rotas, hay otro en el extremo de la calle que fue puesto por vecinos del lugar y al que cada 12 de diciembre le hacen fiesta. A éste, el de los recolectores, también ya planean hacer sus misas. La fe crece a diario y el altar igual.
Al paso del día, una anciana camina frente al nicho. Saluda a Josué y se persigna frente a las 18 figuras. La estampa se repite a diario con otros peatones. El altar ya es venerado.