La relación de Pamela con su ahora exnovio duró casi año y medio. Recuerda un maravilloso, casi perfecto inicio de esa relación.
“Iba por mí a la escuela, en las tardes, si tenía que salir iba por mi a mi casa para llevarme a comprar cosas o con mis amigas; terminaba e iba por mí para dejarme en mi casa, todo eso era agradable para mis papás”, explicó la joven.
Sin embargo, el amor duró poco, pues cuando la joven de 19 años aceptó ser su novia, las cosas cambiaron en menos de tres meses.
“Fue muy poco el tiempo que me trató lindo, bueno el otro tiempo también pensé que era lindo hasta que me di cuenta que …
La segunda es la devaluación. Aquí las personas narcisistas comienzan con chantajes y castigos, hay ausencia e indiferencia en la relación por alguna de las dos partes.
“La persona insegura entra en un estado de ansiedad tremendo, ¿qué hice tan mal que me esté castigando? Se apropia de esa violencia y manipulación de la que es víctima, y normaliza dicha conducta”, explicó Ángeles Constantino.
Momento de quiebre
La última etapa del love bombing se denomina el descarte. Aquí, básicamente, la persona es castigada; la persona egoísta, se cansa tanto física como emocionalmente, aparece la opción e idea de salir de esa relación tóxica, que le está absorbiendo la energía.
“Se acabó el proceso de enamoramiento, ya no todo es lindo, simpático, ni agradable”, explicó el psicólogo Gutiérrez Cedeño.
“Podemos identificar una no corresponsabilidad en esta relación, donde ya no le interesa a una de las dos personas. Por una parte está el -ya no estoy seguro, no quiero-., y es por el exceso de este bombardeo presente que la pareja duda”, concluyó.
Es decir, se diluye el interés con la invasión de los espacios de la otra persona de la relación.
“Cuando la presencia o la identificación en la relación es invasiva, ahí está el punto de quiebre, ¿hasta dónde hay invasión en horarios?, presencia de la pareja en el círculo de la persona en sí”.
“La preocupación excesiva por tu vida cuando en realidad has vivido 20 años de tu vida sin presencia de alguien, y que de repente ese alguien llega y te diga qué y cómo hacer, es un primer indicio”, refirió el psicólogo entrevistado.
¿Cómo salir?
En esta última etapa del love bombing aparecen estados de desesperación, ansiedad, llanto, angustia o preocupación en la persona egoísta, la cuál ha sido absorbida en su totalidad por el narcisista que aún sigue pensando en que lo que hace, lo hace por amor.
“Cuando perdemos esa autenticidad en el -tú me importas-, a través del interés por los afectos, al -ya no me importa que también empieces a sufrir-, ahí también puedes identificar cuando ya hay una incomodidad en quien lo sufre”, precisó Alejandro Gutiérrez Cedeño.
“Se empieza por el estado ansioso, luego ansioso depresivo, hasta la depresión profunda, de pronto la melancolía, y podemos llegar a actos vinculados con lo insano, como la obsesión, la delincuencia y el suicidio”, refirió la investigadora de Ciencias Políticas y Sociales.
Inclusive, en esta última etapa del love bombing los papeles se pueden revertir, donde la persona egoísta, por su propia inseguridad no aceptará el descarte de la persona narcisista, obsesionándose con él por su misma baja autoestima.
“El egoísta pierde el sentido, la razón y puede llegar a dañar a esta persona de toda su admiración, pues si te he idealizado tanto no puedes estar con alguien más y el acoso se invierte, las bombas de amor se invierten”, preciso Martha Isabel Ángeles Constantino.
Por ello, ambos investigadores entrevistados concluyeron en que es importante acudir con un especialista para tratar los temas de autoestima, acertividad, confianza y seguridad, para que se regrese de manera rápida al equilibrio inicial
“Puedes por sí mismo, seguramente lograr un equilibrio más adelante, sin embargo un terapeuta puede ayudarte a identificar, a hacer conciencia eso que en el proceso de enamoramiento no se tuvo”, explicó el psicólogo entrevistado.
“Claro que la gente puede salir de una relación tóxica, pero necesita una red de acompañamiento muy fuerte, empezando por la familia y amigos que son quienes pueden ayudarle a darse cuenta”, coincidió la investigadora social.