Tras un par de meses, esta mañana un grupo de madres regresó al Puente de Fierro, en Ecatepec, para continuar la búsqueda de restos humanos de personas desaparecidas.
De acuerdo a cifras oficiales reportadas en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas, están reportadas como desaparecidas o no localizadas 962 personas en el Estado de México, lo cual equivale a un promedio de 120 personas diarias.
Las madres buscadoras no están solas; son apoyadas por personal de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México (COBUPEM), de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) y de la Policía Municipal.
El personal de estas dependencias, no tan sólo brinda protección al grupo de mujeres, mostrando empatía también visten los trajes en color azul, botas especiales, gafas y guantes protectores y junto a las mujeres hurgan entre los montículos de lodo y basura que con maquinaria es dragada del Gran Canal del Desagüe y depositada en el bajo puente del Circuito Exterior Mexiquense (CEM) en búsqueda de posibles restos humanos.
Las madres buscadoras iniciaron con la tarea de localizar a sus familiares desde el pasado 17 de noviembre en al menos tres puntos. Las mujeres pertenecen a los colectivos “Madres Buscadoras” y “Hasta Encontrarles” entre otros.
En mayo del 2021 las buscadoras encontraron restos humanos en un tramo perteneciente al municipio de Santa María Tonanitla.
La Fiscalía del Edomex realizó los estudios y confirmaron que se trataba de los restos de un hombre; sin embargo las pruebas de ADN determinaron que no era familiar de ninguna de las personas que participaban en la búsqueda.
A mediados de noviembre de ese mismo año, regresaron al Puente de Fierro donde estuvieron hasta mediados de diciembre, después los trabajos de búsqueda fueron suspendidos por la Fiscalía.
La dependencia pidió a las mujeres esperar un poco y permitirles reagendar los trabajos a inicios del 2022.
Benita no pierde la fe
Una de las Madres Buscadoras es Benita Ornelas, quien busca a su hijo Fernando desaparecido en este mismo municipio hace tres años.
Ella no pierde la fe, no busca venganza, solo quiere encontrar a su hijo y dar consuelo a su corazón de madre que todos los días sufre debido a la ausencia del joven. Asegura que lo único que quiere es saber qué dónde está y qué pasó con su hijo, quien desapareció tras salir de su trabajo.
En caso de encontrarlo sin vida, quiere llevar su cuerpo a descansar y así cerrar un ciclo que aseguró ha lastimado a todos los miembros de su familia desde hace tres años.
“Sentimos una inmensa necesidad de encontrar a nuestros hijos, a nuestros familiares. Siento una tristeza muy profunda ya que el señor (posible responsable) a pesar que ya estuvo en el reclusorio y todas las pruebas que tenemos apuntan a que él es el responsable,y que sabe que sucedió con mi hijo, a la fecha no nos ha querido decir”, dijo Benita.
Para las madres que continúan buscando a sus seres queridos el encontrar restos trae sentimientos encontrados, por un lado la felicidad de terminar con la angustia que aseguran les deja vacía el alma y por otro el gran dolor de encontrar a su familiar sin vida.