Toluca, México.- Para especialistas en el tema educativo, anteriormente la formación que recibían los docentes era adecuada y rigurosa, porque comprendía diferentes asignaturas que en ningún momento deben dejarse de lado, como es el caso del civismo, la gramática (no hablaban con groserías), danza, matemáticas e incluso les enseñaban a vestir de manera apropiada.
En entrevista, María Teresa Jarquín Ortega, investigadora de El Colegio Mexiquense, A.C, destacó que la formación de los profesores en la entidad tiene sus orígenes en el siglo XIX a través del Instituto Literario, el cual comenzó operaciones en lo que hoy es la Rectoría de la Universidad Estatal (UAEM).
Con motivo de la celebración del Día del Maestro, la investigadora recordó que inicialmente la formación de los docentes comprendía únicamente tres niveles, y su tarea comenzó a registrar importante relevancia a partir de los inicios del siglo XIX y XX, con la inauguración de instituciones enfocadas a la preparación de profesores (escuelas normales).
¿Qué ha cambiado?
En los últimos años, los profesores han modificado su forma de arreglarse, cuando en el pasado eran muy propios hasta para peinarse y limpiaban su escritorio.
“Pero ahora llegamos a las escuelas y nos encontramos con otras cosas, porque ya no se ve la presencia, pero tampoco la pulcritud, con lo cual ya no se refleja el don de la enseñanza”, apuntó la especialista.
Indicó que los maestros representaban una figura muy importante dentro de la sociedad, y se les tenía mucho respeto, lo cual se veía reflejado en la forma en que se dirigían las personas en los pueblos hacía ellos llamando a las maestras seños.
Asimismo, Jarquín Ortega hizo hincapié en que el respeto no surge de manera espontánea, sino que se gana con la actitud que se asume en las instituciones en donde se labora.
A principios del siglo XX en los pueblos únicamente se tenían escuelas de educación elemental (sólo abarcaba el tercer grado de primaria) y superior (del cuarto al sexto grado).
Aunado a lo anterior, el acudir al Jardín de Niños no era obligatorio, y el hecho de llegar a la preparación superior ya era el grado máximo para una mujer, a quien se le enseñaba a leer, las matemáticas elementales, civismo y la gramática, pero también la costura y el tejido.
Mientras que a los hombres en ese momento se les enseñaban oficios de carpintería, y todo aquello que les fuera útil para la vida, porque pensaban que no podrían llegar a una carrera.
En ese periodo, aseveró, había “alumnos municipales” (becarios), quienes eran los más aplicados y se les enviaba a las capitales de los estados, como Toluca, y entre ellos, destacaron: Ignacio Manuel Altamirano, Domingo Monroy, Agripín García Estrada, Carlos Hank González y Salvador Sánchez Colín.
Ahora están “mal formados”
Para la especialista del Colegio Mexiquense, la simple denominación de “escuelas normales” es inadecuada, por lo que se trata de conceptos que se tienen que acabar.
También en nuestro país cada vez son menos las personas a las que les agrada la lectura, con lo cual cuentan con pocos elementos para sostener sus argumentos en las aulas.
“El vocabulario en México es muy limitado, porque la mayoría de las personas no lee, y cuando lo hace no son obras de calidad. Hay que comenzar por inculcar el gusto por la lectura”, enfatizó.