A pesar de llevar una semana de clases, con las adaptaciones correspondientes a la nueva normalidad generada por la pandemia del Covid-19, profesores mexiquenses apenas comienzan adaptarse a trabajar de manera híbrida.
“Se nos dio a conocer los filtros de entrada, el de casa, el de la puerta de la escuela y el filtro de salón, pero la verdad es que no tenemos bases o algo concreto de lo que es trabajar en manera hibrida”, platicó en entrevista la profesora Isabel Aguilar Osorio, docente de escuela primaria en el sur de la entidad.
El grupo de Isabel es de 26 infantes que cursan el cuarto grado en una escuela rural de la región de Valle de Bravo. Para las clases presenciales solo aceptaron el regreso 20 padres de familia, por lo que los subdividió en dos grupos de 10 estudiantes cada uno.
En el caso de los alumnos que no asisten de forma presencial, "se les envía por WhatsApp el trabajo que se va a realizar durante la semana”, explicó la maestra.
Esta estrategia también la aplica la profesora de segundo grado de primaria, Irma Mejía Romero, quién a través de un grupo de esta red social cerrada, atiende las dudas de los papás y de los alumnos sobre el trabajo dejado en clase.
“Iniciamos en un contexto de incertidumbres, de temores, de miedo de muchas emociones, que nos da esta situación de la pandemia, pero a la vez, también, con muchas esperanzas y alegrías de que estamos de regreso a la escuela”, declaró la profesora Irma.
En el caso del grupo de la profesora Irma, solo nueve estudiantes de 22 que tiene su grupo, han regresado de manera presencial, atendiéndolos tres veces por semana, y los otros dos días, a los alumnos que trabajan a distancia de manera virtual.
Pues ahora, las pautas que dictan el trabajo de los docentes de educación básica, ha olvidado contemplar la atención de manera virtual, pues solo se da la guía de estudio, responsabilizando a los padres de familia a cumplirla.
Sin embargo, ante la precaución de algunos padres de familia para no mandar a sus hijos a la escuela, los profesores han optado por dar seguimiento virtual una vez a la semana.
“La escuela tomó la determinación de trabajar tres días de manera presencial y dos días de trabajo a distancia, el trabajo a distancia, nosotros dejamos un material que es para ambos (tanto a los que van de manera presencial como a los que se quedan en casa”, explicó Irma Mejía Romero.
Pero cada docente se debe de adaptar a su nueva normalidad. Tal es el caso de la profesora Isabel, ella trabaja lunes y miércoles con 10 estudiantes y otros 10 estudiantes asisten martes y jueves; y los días viernes da atención a los seis alumnos que están llevando el curso de manera virtual.
“El documento que se emite en la guía de Consejo Técnico y en el decreto oficial del gobierno, se dice que ya no hay trabajo a distancia por parte de los maestros, la mamá que no quiere mandar a su hijo a la escuela tiene que estar tomando las actividades de Aprende en Casa”, refirió Isabel.
Por lo que, las jornadas laborales se han incrementado para los docentes, quienes combaten el rezago educativo de manera presencial y a distancia.
“El trabajo es más las horas de laborar, no solo son de ocho a una de la tarde, sino que también en la tarde estamos trabajando con los niños a distancia”, reconoció Irma Mejía.
Reto Sanitario, el que más preocupa a los docentes
En una semana de clases los docentes han visto que la matrícula de los estudiantes presenciales está aumentando, por lo que una vez que la mamá o el papá decida que el niño debe de incorporarse a las clases, debe de llevarlo para que se le haga un examen diagnóstico, y si cumple con los aprendizajes, se reincorporare.
“Esta semana aumentó la matrícula de los niños que van de manera presencial, en comparación con la semana pasada. Pues los papás tenían mucho miedo, como todos, incluso los maestros; sí había temor pero ahorita están viendo como estamos realizando los filtros, como los sanitizamos, la sana distancia al interior del aula”, explicó la docente Irma Mejía.
Sin embargo, el reto es nivel sanitario, pues los profesores no solo deben atender el aprendizaje sino, el uso correcto de cubrebocas, lavado de manos, entre otras cuestiones sanitarias.
“Los niños también se sienten atemorizados, me he percatado que abajito de la mesa, sacan su lapicera, sacan su gel o su alcohol dependiendo lo que la mamá les haya mando, y se están desinfectando las manos”, concluyó la profesora Isabel Aguilar.