Sacrisanta, madre de Karen y Erick, quienes fueron asesinados de manera violenta en su domicilio en Ecatepec, contó como su vida cambio drásticamente al momento de que perdió a sus pequeños. “No sólo es doloroso para las familias cuyos hijos han sido privados de la vida el hecho de que los casos queden impunes, sino que los castigos para los menores de edad que cometen este tipo de ilícitos sean mínimos, y se corra el riesgo de que vuelvan a caer en los mismos actos una vez que salen de los Centros de Internamiento para Jóvenes, como el que opera en Zinacantepec”.
Recordó que un 4 de agosto, como cada día, regresó a su hogar alrededor de las 19:30 horas luego de una dura jornada de trabajo, y lo único que deseaba era ver a su hijos, pero su sorpresa cuando al buscarlos encontró los cuerpos sin vida de los dos menores de edad.
La imagen de mis hijos nunca se me va a olvidar, ambos tenían sueños y metas por cumplir, eran mi motor. Mi hija Karen soñaba con ser abogada y ayudar a los demás; mientras que mi hijo siempre fue un buen chico. Siempre pensé que mis niños crecerían, terminarían de estudiar y algún día se casarían, pero no fue así, porque alguien decidió acabar con su vida
Al exponer su caso que forma parte del libro de la activista Frida Guerrera, "#Niunamás. El feminicidio en México. Tema urgente en la agenda nacional”, Sacrisanta señaló que una vez que se percató de lo que había ocurrido no supo qué hacer, permaneció en shock, “pero tenía muy presente que quería dar con los responsables, y se hizo varias preguntas: ¿Quién querría terminar con la vida de dos menores de edad que tenían todo por delante?, si no le hacían daño a nadie”.
Añadió que las autoridades tardaron alrededor de siete meses en dar con el responsable, “no podía creer que hubiera sido mi sobrino, y al parecer todo se debió a que no podía vernos felices”.
¿Esa es la ley?, volverán a reincidir
Sacrisanta mencionó que una vez que se le comprobó el ilícito a su sobrino fue canalizado al Centro de Internamiento para Adolescentes "Quinta del Bosque" en Zinacantepec, “lo tienen de vecino”, pero al ser menor de edad, las autoridades le dieron una pena de cinco años por haber acabado con la vida de sus hijos.
Le dieron un castigo muy reducido para el ilícito que cometió; ¿y saben lo que ocurrirá en cuatro años?, regresará a las calles, y representará un riesgo latente para la sociedad, ya que seguramente volverá a hacer lo mismo
En unos años reincidirá, lamentó, pero ya le darán otra pena, porque ya no será menor de edad, “¿esas son las leyes que se tienen en nuestro país para estos casos?”.