Toluca, México.- Daniel Lara Jiménez, uno de los ganadores del concurso Judas. “Tradición popular en el nuevo siglo” participar es más por la satisfacción personal que por el premio a la efímera obra que le permite reflexionar sobre el acontecer diario.
Oriundo de Metepec, pertenece a la quinta generación de una familia dedicada a la pirotecnia, comenta que la primera vez que entró al taller a trabajar con la pólvora tenía apenas 10 años, por lo que suma ya casi 30 años de experiencia.
La participación en el concurso de los Judas, hace 24 años, la inició con su padre, ya fallecido, don Palemón Lara, quien atendió a la convocatoria del maestro Luis Nishizawa en el año de 1995 y desde entonces no ha dejado de presentarse con su obra.
Ganador del sexto sitio de la categoría Judas Tradicional con la obra “Huachicolero mayor”, comenta que para decidir el tema se enfocó en lo que dan a conocer las noticias, lo que acontece en torno al robo de combustible y lo que padeció la sociedad a principios de este año con la escasez del energético.
Me enfoqué en lo que ha estado aconteciendo, en lo que vemos cada día, las cosas que van pasando, en eso nos enfocamos nosotros (los artesanos), lo del huachicolero es porque estaba como tema de relevancia en el momento y eso fue lo que me hizo decidirme a hacerlo
Indicó que para elaborar al “Huachicolero mayor” invirtió alrededor de cinco mil pesos y se hizo acreedor a un premio de 13 mil pesos, por lo que considera que aunque la ganancia es muy poca estuvo bien, pues le dedicó dos meses de jornadas completas de trabajo.
“Lo que venimos valorando, más que nada, es el tiempo, el proceso que se lleva la elaboración de un Judas, por lo que no es mucho lo que se le gana, pero yo creo que la satisfacción de ganar uno de los lugares premiados es lo importante”.
Al preguntarlo sobre lo peligroso que puede resultar el trabajar con pólvora, asegura que teniendo las medidas adecuadas el peligro se reduce como en cualquier otro oficio, todo tiene sus altas y bajas, pero con la precaución adecuada todo se puede.
Lara Jiménez afirmó no haber tenido personalmente ningún accidente derivado de su trabajo con la pirotecnia, aunque reconoce que otros miembros de su familia sí han sido víctimas de algún percance hace ya varios años.
“Muchas veces dicen que es por el mal manejo de la pólvora, pero realmente no es eso, es porque los químicos a veces vienen alterados, entonces no es la culpa de nosotros como elaboradores, sino de como viene el producto”, sostuvo.
Daniel Lara no desea perder la tradición familias en la pirotecnia y está ya enseñando el oficio a sus hijos, pues prácticamente tienen un maestro en casa, refirió, creo que es algo bueno que ellos aprendan este trabajo que a mí me ha dejado grandes satisfacciones.
Aunque es vecino del barrio del Espíritu Santo en el Pueblo Mágico de Metepec, su taller lo tiene alejado del centro urbano, aproximadamente a dos kilómetros en el camino que lleva al Parque Ecológico Zacango, en donde elabora trabajos para todo tipo de festividades, tanto en la técnica tradicional como innovando con los adelantos que hay actualmente y que se refieren a agregar color a la pólvora, así como en el modelado de las figuras.