El Trolebús, todavía en construcción, unirá el oriente del Estado de México con la Ciudad de México; sin embargo al estar intervenido el tramo que comprende los municipios de La Paz, Valle de Chalco e Ixtapaluca, la movilidad de miles de personas que acuden a la ciudad de México se han visto afectados.
Entre la principal problemática que han tenido los usuarios de la vialidad son los retrasos en los tiempos de traslado, pues al disminuir casi a la mitad los carriles y el espacio dentro de la autopista para el paso de los automóviles, cada vez es más complicado llegar a tiempo a sus trabajos en la Ciudad de México, como es el caso de Fabricio.
El joven trabajaba hasta hace apenas un mes como mesero en un restaurante ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo, y su hora de entrada era a las 09:00 horas todos los días, sin embargo, pese a que procuraba salir desde las 06:00 de la mañana, en ocasiones a causa del tráfico podía hacerse hasta cuatro horas de camino.
“Yo creo que en los últimos seis meses sí tuve como unos 15 o más retardos. Mis jefes y mis compañeros sabían hasta dónde vivía y se portaron muy accesibles con eso, pero también era muy frecuente. Ya luego no dormía, porque desde las cinco ya estaba pensando en cómo irme para tardar menos”, dijo el joven que reside en el municipio de Ixtapaluca.
Fabricio estuvo saliendo de su hogar durante el último mes que trabajó en el restaurante desde las cinco y media de la mañana, para evitar llegar después de las nueve, sin embargo, el día que decidió dejar su trabajo coincidió con el último día que su empleador permitiría un retardo.
“Recuerdo que era un miércoles, salí a las cinco y media de mi casa, por alguna razón me fui por la autopista y cerraron el paso. Estuve cuatro horas en el tráfico, eso ya no es vida, imagínate, cuatro horas sentado en una combi, apretado y sin desayunar. Eran las nueve y apenas iba entrando a la Ciudad de México”, recordó.
Ese día decidió renunciar pero su jefe lo recibió con la noticia de que sería despedido por tantos retrasos acumulados, pues de acuerdo con el gerente excedían los límites permitidos por ley.
De acuerdo con el artículo 47 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), es causa de rescisión de la relación laboral sin responsabilidad para el patrón que el trabajador cuente con más de tres faltas de asistencia en un período de treinta días sin permiso del patrón o sin causa justificada.
Además, en el caso de los retardos, cada empresa tiene sus parámetros específicos, pues la LFT señala que los retardos se consideran hasta 10 minutos después de la tolerancia autorizada por el empleador.
Algo parecido ocurrió con Elena, que reside en Valle de Chalco, y Guadalupe, del municipio de La Paz. Ambas mujeres trabajaban en la Ciudad de México, en la zona sur y tenían que cruzar por la autopista para llegar a su destino.
En una entrevista al Sol de Toluca las trabajadoras declararon que pueden tardar poco más de una hora, en un día normal y sin ningún percance vehicular en el trayecto, para lograr pasar el tramo que comprende desde poco antes del cerro Santa Catarina hasta las inmediaciones del puente de La Concordia, todo esto por las obras del Trolebús.
Desde el mes de julio hasta la fecha los cierres en las vialidades han sido más constantes para poder terminar la obra, en la cual de acuerdo con testimonios de algunos trabajadores se está trabajando a marchas forzadas para poder tratar de finalizar lo antes posible.
“Un tramo que normalmente pasamos en diez minutos, en los mejores días lo pasamos en 40 minutos, o si tenemos mala suerte y alguien decide chocar podemos estar atorados más de dos horas”, comenta Elena.
Si bien es un problema que principalmente se presentaba en la mañana, con los cierres de este último mes, ahora son a cualquier hora del día.
Elena menciona que no ha sido la única que se ha quedado sin trabajo, en total de sus conocidos y amigos han sido cerca de 10 las personas que perdieron su trabajo, o tuvieron que abandonar voluntariamente sus labores por los tiempos de traslado y el desgaste que estos significaban.
Por su parte, Guadalupe optó por irse a vivir más cerca de la Ciudad de México, para evitar el tránsito de la México-Puebla; ella se encarga de hacer el aseo de casas en zonas residenciales, pero en su último trabajo la despidieron porque durante el último mes por lo menos tuvo 8 retrasos de entre 30 minutos y una hora.
“Ya no es vida, mi hija me tuvo que prestar un cuartito para poder vivir con ella entre semana, y medio vivir porque nada más llego a dormir y temprano me voy al trabajo. Ya los fines de semana me vengo a mi casita en Los Reyes, pero pues me tardé como dos semanas en conseguir un nuevo trabajo. No vale mi desgaste físico el salario que gano limpiando casas”, señaló la mujer.
Tanto Fabricio, Elena y Guadalupe, como cientos de pobladores de la zona oriente del Valle de México están de acuerdo en que las obras que se han extendido más del tiempo que se tenía planeado han generado mermas en varios aspectos de la vida de las personas que diariamente se trasladan a la Ciudad de México en busca de mejores oportunidades laborales.
Esperan que una vez finalizadas las obras, y luego de que la maquinaria pesada se retire de la zona, puedan retomar un poco de normalidad en su vida diaria y laboral. Hasta el momento, Fabricio y Elena continúan buscando trabajo, con la esperanza de encontrar algo más cercano y no tener que experimentar pasar todos los días por la autopista México-Puebla.