El ejercicio del fotoperiodismo ha sido impactado por la pandemia del Covid-19. Ahora en la búsqueda o construcción de la imagen, la realidad es distinta. Conviven con una sociedad en emergencia, donde distancias se acortan y la empatía es más necesaria.
Miran y conviven con la tragedia, son testigos de una lucha intensa y agotadora para vencerla. Estos son algunos de los legados de reporteros gráficos del valle de Toluca, quienes realizan coberturas sobre la pandemia de Covid-19.
Ellos no tienen la posibilidad de quedarse en casa, pues la imagen se capta en el exterior, ahí donde está la batalla contra el virus.
Así describieron su actividad periodística dentro del panel virtual “Fotoperiodismo: crónica visual de la Covid19 en el valle de Toluca”, coordinado por el catedrático universitario y fotógrafo Alejandro Pastrana, en foro realizado el 28 de mayo.
Los panelistas fueron los también fotoperiodistas Crisanta Espinosa, Tania Contreras, Jorge Alvarado, Mario Vázquez de la Torre y Alejandro Vargas.
Al hablar de su trabajo en esta contingencia sanitaria, reconocieron que estar en las primeras líneas de combate les ha permitido constatar la gravedad de la pandemia.
De manera paralela han captado el cúmulo de emociones que provoca esta enfermedad, desde la negación hasta la angustia.
En el foro narraron distintos episodios como el manejo y traslado de cadáveres derivado del Covid-19. Las reacciones de deudos de las víctimas. Así como las distints secuelas que provoca la pandemia.
EXPERIENCIAS VISUALES
Crisanta Espinosa habló de la oportunidad de dejar un testimonio gráfico de la solidaridad de grupos como los fabricantes de juguetes de peluche, quienes ahora aprendieron a hacer cubrebocas y caretas para apoyar a quienes están en la primera línea de la batalla, es decir, el personal de salud.
Los fotoperiodistas coincidieron en subrayar el respeto y admiración al trabajo de los médicos, enfermeros, camilleros, afanadores y todo el personal de salud.
Ellos, indicaron, libran una lucha contra el enemigo invisible que es el SARS-CoV2. Entregan todo pese al peligro de contagiarse y contagiar a su familia y amigos.
Para Tania Contreras, su trabajo involucra procesos emocionales y críticos. Todo lo que sucede alrededor del Covid-19 ha sido un golpe de realidad a su cotidianeidad.
Reflexionó sobre si la teoría del fotoperiodismo, de que nunca se está lo suficientemente cerca de los hechos, es una premisa ante el dolor de pacientes que no tuvieron la oportunidad de despedirse de sus familiares.
Jorge Alvarado y Mario Vázquez de la Torre hicieron énfasis en registrar el momento histórico que vive la humanidad y sus reacciones, a veces similares y otras diametralmente opuestas. Desde la desesperación de familiares por no tener noticias de sus pacientes a los reclamos violentos y agresivos.
Además de la angustia de no tener claro el futuro económico, laboral y de salud.
Coincidieron con Alejandro Vargas, en el aprendizaje que deja la contingencia sanitaria, pues han tenido que trabajar respetando no sólo la sana distancia, sino el alejamiento solidario dando espacio al dolor de las personas.
Pero también se han obligado a crear entornos de comprensión y empatía con quienes han perdido a un ser querido o viven con la incertidumbre de no poder trabajar para llevar sustento a sus hogares o con quienes han hecho a un lado el orgullo para beneficiarse de la solidaridad de los demás.
El citado panel fue impulsado por la Dirección General de Comunicación de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
