La Red de Mujeres Indígenas del Estado de México, presentada este sábado en San Felipe del Progreso, trabajará para evitar la reproducción de la violencia y el abandono dentro y fuera de sus pueblos y comunidades, porque hasta hoy son invisibles para los tres órganos de gobierno.
“Nos reunimos en San Felipe del Progreso para compartir nuestras experiencias para alzar la voz, queremos que el mundo sepa que estamos trabajando en nuestro empoderamiento y la problemática que afecta nuestra vida diaria, y queremos ser parte del desarrollo fundamental de nuestros pueblos.”, expresaron.
Las representantes provienen de los cinco pueblos originarios que hay en el Estado de México, y señalan que éste es un espacio propicio para unir sus voces y trabajar de manera conjunta en acciones que atiendan los principales retos que viven en sus comunidades, y fortalecer su identidad cultural.
Cristina Apolonia, Erika y Marisol son algunas de las mujeres que no han permanecido pasivas: hoy acumulan una experiencia de esfuerzos que están dispuestas a compartir en sus municipios.
Para hacer frente al contexto adverso de desigualdad que viven en diversos pueblos indígenas de la entidad, decidieron unir sus fuerzas, voces, así como sus conocimientos y liderazgos para conformar una red autónoma de mujeres antipartidista que impulse una nueva relación entre ellas y el gobierno mexiquense.
“Alzamos nuestras voces para decir, nunca más un Estado de México sin nosotras, las mujeres indígenas.
Hacemos un llamado a todas las hermanas indígenas de los cinco pueblos que hay en el Estado de México, y a todas aquellas mujeres que por alguna razón han tenido que salir de sus pueblos, para unirse a este espacio y caminar juntas por nuestros derechos humanos, queremos ver un cambio”, señalaron.
Mencionaron que las mujeres indígenas siempre han aportado trabajo a lo largo de la historia y su contribución ha hecho que México sea uno de los países más ricos en cultura.
Acusaron de omisión a todos los niveles de gobierno y solicitaron actuar de forma eficaz en la prevención, atención y erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres indígenas.
Denunciaron que aún existe un entorno social comunitario de patrones culturales que distorsionan la imagen de ellas y la violencia estructural que enfrentan los pueblos, los han orillado a ser parte de un proceso migratorio por las cifras tan altas, de pobreza analfabetismo, desempleo, desplazamiento forzado y discriminación entre otros.
La simulación en las prácticas del gobierno en todos sus niveles para cumplir con el derecho de las mujeres indígenas, es un hecho real, aseguran.
Los cinco pueblos indígenas originarios de la entidad son: Mazahua, Otomí, Nahua, Tlahuica y Matlatzinca.
La mayor parte de la población indígena habita en comunidades rurales de 48 municipios, manteniendo vigentes cinco lenguas originarias, mazahua, otomí, nahua, matlatzinca, y tlahuica, además de las lenguas indígenas migrantes, como el mixteco, mazateco, zapoteco, totonaco, y mixe.
De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda de Inegi, en el territorio mexiquense habita el 6.2 por ciento de la población indígena a nivel nacional.