Dentro de los factores que llevan a las mujeres a delinquir hay un estrecho vinculo entre la violencia estructura de genero y la privación de la libertad.
“Esa violencia que procede de las estructuras del sistema, que no nos es siempre visible, pero que siempre daña, agrede, prejuzga, estereotipa, discrimina y frecuentemente termina por facilitar o dar permiso a las violencias directas y visibles”.
Así lo destaca el estudio Genero y Privación de la libertad, efectuado por La Cana, proyecto de reinserción social y el Centro de Investigación para al Paz México, 2021-2022, el cual aplicó 33 entrevistas a profundidad en 12 penales ubicados en los estados de Coahuila, Nuevo León, Oaxaca, Quintana Roo, Querétaro y el Estado de México.
Al respecto, la fundadora de la Cana, Daniela Ancira Ruiz, explicó que han observado que hay un patrón en el rol que juega la mujer en el delito, pues rara vez son las autoras intelectuales, la cabeza de una estructura o un grupo delictivo, mas bien, agregó, son utilizadas como mulas y representan el eslabón más bajo de la cadena delictiva. Sin embargo, resaltó, les dan las mismas o mayores condenas que a los hombres.
Ancira Ruiz dijo que también han visto en el sector de las mujeres privadas de la libertad, que existe el patrón donde, por falta de herramientas económicas o emocionales, por los estereotipos y roles de género que se les inculca desde niñas, soportan un alto grado de violencia y que se perpetúen los estereotipos y los roles de genero.
“Una mujer debe quedarse en casa, tienen que ser fiel junto al marido, una mujer no puede abandonar a su familia nunca, así te golpeen, te maltraten, así sea un delincuente, pues yo soy mujer y como voy a salir adelante sola si tengo que quedarme con mi pareja y eso hace que las mujeres aguanten mucha violencia y que se perpetúen los estereotipos y los roles de género y por eso termina privadas de la libertad”.
De ahí que han detectado que muchas mujeres, al no cumplir con ese estereotipo de la mujer sumisa, abnegada, de buena madre, de la buena esposa, al momento de cometer un delito y romper con esa figura, sean en mayor medida juzgadas por la familia, la sociedad, incluso por los mismos jueces y juezas.
“Cuando una mujer es agresiva, es mucho mas criminalizada y ese factor afecta en que sean en mayor medida abandonadas por sus familias al estar en prisión".
Además puntualizó que alrededor del 80% de esas mujeres no tienen quien la visite en las cárceles.
El estudio Genero y Privación de la libertad determinó además que más allá de la narrativa relacionada con los trabajos o profesiones de las mujeres, o la presencia de importantes redes de apoyo, llamó la atención la frecuencia con que las participantes se asumían inocentes durante las entrevistas. " Este es quizás uno de los hallazgos mayores de esta investigación".
Además, la investigación resaltó que más allá de la posible existencia de redes de apoyo o de vínculos familiares sólidos, hay una alta frecuencia en la repetición de temas asociados a violencia de género en la vida de las participantes en dicho estudio.
Cabe destacar que las entrevistas cualitativas a mujeres indagaron acerca de los contextos de los que proceden, sobre su vida previa a la privación de la libertad, las condiciones de su detención e ingreso al penal, además de las condiciones bajo las que viven y el impacto de esas condiciones en su estado emocional, en sus posibilidades de reparación, reinserción y reconstrucción del tejido social.
La Cana es una organización social que crea programa de reinserción social para mujeres en prisión y busca oportunidades de trabajo a través de talleres de capacitación laboral y empleo, también de salud mental, educación, impulso al arte, la cultura y el deporte.
Tiene presencia los penales del Estado de Barrientos, Neza Sur, Neza Bordo, Chalco y Ecatepec y apoya a alrededor de 700 mujeres.