Para contribuir en una igualdad sustantiva entre hombres y mujeres en el ámbito social, el Estado está obligado a impulsar iniciativas que conviertan a los sistemas de cuidados en un canal de paridad, refirió María Viridiana Sosa Márquez durante su participación en el primer Parlamento Abierto de Mujeres sobre Sistemas de Cuidado.
Destacó que, en la actualidad, socialmente se tiene la creencia de que los cuidados en general deben ser encabezados por mujeres, lo que refleja una clara brecha entre hombres y mujeres; esta práctica afecta los derechos de las mujeres y promueve la inequidad.
"Se tiene que romper el paradigma del cuidado en donde esto es únicamente responsabilidad de las mujeres y donde además esto está distribuido de forma horizontal. Tiene que tomar en cuenta los espacios y la corresponsabilidad entre todos los actores que intervienen del Estado, las empresas, la comunidad, la familia, y en este sentido cuestionar cómo estamos construyendo las Masculinidades cuidadoras", comentó la ponente.
Por otro lado, Sosa Márquez refirió que los empleos relacionados con los cuidados de las personas deben ser incluidos y reconocidos en las constituciones locales, pues además de valorar estos trabajos contribuirá a generar una normatividad y correcta aplicación.
Impactos
Entre los impactos que los fenómenos sociales dejan en materia de cuidados destacan la obstrucción del desempeño laboral de las mujeres, debido a que, al ser ellas las principales cuidadoras en los hogares, tienen que dejar de lado su ámbito profesional.
"Tendríamos que hablar de una reconfiguración de la organización social de cuidado y de políticas de corresponsabilidad en donde haya una redistribución de funciones entre géneros, entre generaciones e incluso esta incorporación de la comunidad que muchas veces forma parte de nuestras redes sociales de cuidado", explicó la académica.
En su oportunidad, Regina Gallegos Triana expresó que los cuidados son actividades esenciales para satisfacer necesidades básicas de la vida y la reproducción de las personas.
Estas labores representan un pilar para el bienestar físico y emocional, así como para el desarrollo de las capacidades y potencialidades de los individuos.
"Dar y recibir el cuidado son actividades que pueden suceder simultáneamente. La pretención es que, a partir de un enfoque de derechos, se considere tanto a los destinatarios del cuidado como a los prestadores de cuidado bajo una escama en donde el cuidado se consolide como un pilar de la protección social bajo un enfoque de un sistema integrado", señaló Regina Gallegos.
Desigualdad de responsabilidades de cuidado
La ponente sostuvo que en México persiste la desigualdad de responsabilidades de cuidado, que ha dejado como consecuencia una profundización en distintos ámbitos, como el económico, el social y el familiar.
Gallegos Triana expresó que la creencia de que las mujeres tienen menores costos de responsabilidad que los hombres de mantenerse fuera del mercado laboral, obliga a que las mujeres asuman responsabilidades de cuidados.
Por lo anterior, se requiere la construcción de políticas públicas que garanticen una verdadera igualdad entre hombres y mujeres en el proveedurismo de cuidados, y a su vez se contribuya a erradicar los impactos negativos a las mujeres de los cuidados naturales.