Para mejorar las condiciones climáticas, el almacenamiento de agua en presas y acuíferos en la zona del Valle de México, es necesario emprender acciones concretas como la reforestación pues, a través de los árboles, es posible la recuperación de agua de lluvia y la infiltración de esta.
Y es que derivado de la sequía, muchas regiones del país comienzan a presentar severos problemas de escasez de agua, entre ellos la Zona Metropolitana del Valle de México y la Ciudad de México.
Lo anterior fue expuesto por José Antonio Benjamín Ordoñez, profesor e investigador de la escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey, durante su participación en la ponencia Consecuencias de la Sequía en el Valle de México, en el marco del “Círculo de Liderazgo Periodístico”.
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Precisó que el fenómeno de la deforestación en el Valle de México se detuvo en los últimos años debido a que los bosques y coberturas vegetales ya desaparecieron.
“Quedan lugares muy bonitos (con presencia de arbolado y áreas verdes) pero la vegetación está en un momento clímax del estrés, porque los árboles se comunican a través de sus raíces, de sus hojas, de sus secreciones, pero cuando ya no hay más árboles a su alrededor empiezan a morir de soledad, porque no hay intercambio de nutrientes”, explicó.
Agregó que hace tiempo académicos expertos en la materia realizaron un estudio basados en información del INEGI, lo que permitió calcular que en promedio se deforestaban 1.5 millones de hectáreas anuales en México, siendo las principales los pastizales, los matorrales xerófilos, bosques de coníferas, latifoleados y de selvas; sin embargo, puntualizó que la tasa de deforestación ha disminuido con el transcurso de los años debido a que el valor de la madera ha disminuido.
Respecto a la sobreexplotación de agua en el Valle de México, José Antonio Benjamín detalló que se calcula un porcentaje neto de entre 35 a casi el 40% aunque se trata de una estadística incierta debido a varios factores.
“No está reportado porque tenemos fugas y estas generan una merma y no sabemos de qué nivel de fugas estamos teniendo. Además hay proceso de evapotranspiración en las presas, es decir, que el agua que se está acumulando en las presas se van evaporando y esto genera algunas incertidumbres en la precisión del valor”, comentó.
Agregó que la sobreexplotación del agua está asociada directamente en el consumo y la forma de emplear el líquido, por ello la incertidumbre sobre la precisión del consumo que se tiene.
Adicional a ello, mencionó que si el consumo de agua es racionado, la demanda baja hasta en un 35%.
Pandemia y consumo de agua
Sobre el incremento en el consumo de agua en el marco de la contingencia sanitaria, el catedrático del Tec de Monterrey afirmó que es variable según el tipo de región, tipo de viviendas e ingresos de las familias que las habitan.
Ejemplificó que en lo que va de la pandemia de la Covid-19, el consumo de agua en conjuntos habitacionales incrementó en un 10%, aproximadamente, mientras que en zonas residenciales donde cuentan con albercas el incremento fue del 25%.
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Por su parte las instancias educativas que han minimizado la presencia de estudiantes, presentan ahorros importantes de agua, líquido que es devuelto al sistema.
“Sí hay un consumo diferencial, pero está asociado a la cantidad de ingresos que tiene la familia, el orden con el que lleva las cosas y la disponibilidad de este recurso”, comentó el académico, quien recomendó adoptar medidas de captación de agua pluvial en los hogares y centros de trabajo, para disminuir la demanda del líquido y contrarrestar la sobreexplotación en los acuíferos.
¿Por qué se presenta la sequía?
Recordó que las precipitaciones anuales tienen diferencias sustanciales según cada región del país, sin embargo, la cantidad de lluvias también está asociado al tipo de clima que existe.
En este contexto, explicó que la sequía es un fenómeno que se va presentando en la medida en que incremente la concentración de gases de efecto invernadero que afecte el balance de todos los gases de ese tipo que existen en la atmósfera.
“La anomalía de la sequía es transitoria pero se puede acentuar, cuando pasa esto el agua no es suficiente para atender las necesidades de las plantas y tampoco de la fauna que tenemos en todo el territorio, y mucho menos para las actividades humanas y todavía menos las industriales”, explicó el catedrático.