El movimiento ciudadano comenzó enclenque, sin más ánimo que el de los colectivos que organizaron la marcha. Hubo titubeos en los usuarios, porque saben que el "golpazo" del ajuste en la tarifa lo sentirán hasta el 1 de enero.
Karina tapaba su rostro con una pañoleta y, a la altura del pecho, con una hoja de papel, con una foto impresa. En ella se leía una nota periodística con una foto a primera plana con un peatón debajo de las llantas de un camión. Llegó minutos después de iniciarse la marcha en contra del "tarifazo", pero gritó más que los primeros.
Ella y otra compañera de clase, fueron de los pocos estudiantes que se sumaron a la marcha, para reprochar el alza a la tarifa en el transporte público en el Estado de México.
"Vimos la convocatoria en redes", explicó Karina, pero a la mayoría de los que vieron la misma convocatoria, se les olvidó acudir.
Al paso. Sí, al andar de los "pocos" que iban en la marcha, las miradas sobre la banqueta, desde el camión, en la panadería, la zapatería y la pista de hielo, que lucía repleta, les atisbaban con desgano. Una abulia de invierno que solo piensa en los regalos de Navidad y los días de asueto.
Al inicio, en la plaza Simón Bolivar, incluso se pensó en posponer la marcha, pero la votación reclamó el caminar hasta palacio de gobierno y realizar una asamblea.
Entonces, fue que las cartulinas no se pintaron en vano. En medio de los colectivos, Dante Álvarez, un activista que promueve la movilidad sustentable, tomó un megáfono para organizar.
"¡Ni un peso más!", empujaba con gritos, al tiempo que otras voces lo interrumpieron y se le sumaron.
"Los empresarios pueden decir que necesitan el aumento para su financiamiento de unidades, pero eso no es una justificación", repuso Dante. Discierne en sus conjeturas que el servicio no mejorará.
"El problema es su sistema de hombre-camión", reprochó Dante para explicar el trasfondo del mal servicio en el transporte público.
Sobre una banqueta, echado al lado de unos muñequitos que tocan un tamborcito, don Eugenio mira pasar la marcha. Inquiere con rareza. Subsiste con menos de 50 pesos a diario y le pega el aumento, pero desconoce la noticia.
"Como que miré en el periódico, pero no sé 'ler' bien", dice don Eugenio. La venta de los juguetes le deja por mucho en ganancias al día 50 pesos. Por ello opta por caminar hasta San Cristóbal, y de dieta una tortilla con queso y un chile jalapeño.
"¡Que baje, que baje, el precio del pasaje!", continuaron gritando en el vulgo de la marcha. Y siguieron:
"Toluca, escucha, también está es tu lucha"
"No queremos tarifazo"
Pero en realidad 12 pesos sí alcanzan para un kilo de tortilla, 12 pesos para medio kilo de huevo, 12 pesos para un botellón de agua, 12 pesos para 12 teleras, 12 pesos para medio kilo de azúcar. Para intentar sobrellevar la vida a diario.
Frente al palacio de Gobierno, Nancy saca de un tupper un poco de sopa y por cucharadas alimenta a su pequeña. Pregunta a los reporteros de dónde son los manifestantes, porque le extraña que no haya otras amas de casa como ella en la marcha.
"Yo vine a apoyar pero veo que hay poca gente", reprochó Nancy.
La segunda movilización se hará este sábado en la Alameda de Toluca, donde se concretarán las propuestas de los colectivos y ciudadanos que se han sumado.