Ixtlahuaca, México.- Viacrucis no solamente es prepararse física y mentalmente para representar a Cristo y Judas, sino que constituye el reto diario por el que tienen que atravesar Alan M (34 años) y Juan S (30 años), respectivamente, quienes purgan condenas de entre 60 y 70 años en el Centro Preventivo y de Readaptación Social de este lugar.
Y es que, como lo señalaron los propios internos este Viernes Santo no fue como cualquier otro, porque desde temprana hora podía verse mucho movimiento en el patio de este lugar, por parte de los presos que participaron en la representación, así como custodios, representantes de los medios de comunicación y directivos del penal.
El simple ingreso a este sitio no fue fácil, ya que se sigue todo un protocolo para la prensa, el cual fue desde presentar acreditación hasta firmar una hoja de ingreso y salida (tardamos en promedio hora y media), posteriormente, el sitio lucía frío y semivacío, solo destacaban los cerca de seis escenarios que fueron colocados por las propias personas privadas de su libertad para esta representación de la Pasión de Cristo.
Después de las doce del día, tal y como lo marca la tradición, dio inicio la tan esperada 47 escenificación del viacrucis en este lugar, y para ello al fondo se escuchó la voz del narrador, quien marcó con precisión las tres caídas que establece el episodio evangélico.
Mención aparte merece los latigazos que le propinaron a Alan M, los cuales no fueron fingidos, como se pudo constatar en su cuerpo, en donde quedaron las marcas de éstos.
Escenario elaborado a base de material reciclado
Entre los aspectos que llamó la atención de los presentes, se encuentra el material reciclado con el que fue elaborado el escenario, al igual que la indumentaria de cada uno de los presos que participaron (más de 90), desde soldados romanos, la madre de Jesucristo, los discípulos, el pueblo, Poncio Pilatos, María Magdalena y Caifás.
Al respecto, Florencia Genovena Juárez, directora de este Centro Penitenciario precisó que utilizaron material reciclado para la elaboración de los escenarios, el cual obtuvieron de la recolección (por varias semanas) de cajas de comida que ingresan al lugar.
En cuanto a la forma en que fueron designados los papeles, explicó que “fue un poco de casting”, pero algunos se propusieron. En pocas palabras, el común denominador de cada unos de ellos fue: “Su enorme fe”.
Experiencia de devoción encarnar a Cristo
Por su parte, Alan M aseveró que para él fue un enorme reto y satisfacción encarnar nuevamente a Cristo, sobre todo, porque su familia es muy creyente.
“Hago actividad física y me recupero fácilmente de los golpes”, externó al tiempo de señalar que fue sentenciado por homicidio a 70 años de prisión, y cree firmemente en que tarde o temprano Dios lo escuchará, “porque el que nada debe nada teme”.
Mientras que Juan S, aseguró que no se encuentra recluido por lo que dicen, ya que se dijo inocente; y en cuanto a su papel de Judas expresó: “Me deja satisfecho, ya que no cualquiera se anima a hacerlo. Mi familia es creyente, y lo que me impulsa es mi fe, porque tarde o temprano Dios me abrirá las puertas de este lugar”.