Desde el portón de la iglesia a la que entró el cuerpo de Ángel Vilchis, Andrea, su hermana, pide que le hagan llegar videos o fotos del día en que su hermano falleció atropellado. No tiene otra necesidad más urgente, más que eso y atraerle justicia.
Una rutina común
Apenas amanecía y el motor de la motocicleta de Ángel Vilchis comenzaba a calentar. Acostumbraba a madrugar, vestir sus jeans y ponerse casco para salir, dice Andrea, su hermana. El martes 28 de febrero, apenas unos días, hizo lo mismo. Salió de la colonia el Seminario para avanzar unos kilómetros hasta un negocio de cárnicos donde trabajaba. Solo que esta vez Ángel no llegó.
Su cuerpo sin vida, lo tuvieron que reconocer Andrea y su madre en un hospital al que fue trasladado el joven luego de ser arrollado.
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“Salía desde muy temprano de la casa, se ponía su casco y le decía a mis papás que ya se iba”, recuerda Andrea, a quien le ha tocado ver todo ese ajetreo de papeleo en la Fiscalía, incluso el día en que sepultó a su hermano menor.
“A mi hermano el que lo atropelló lo dejó abandonado, se lo llevaron al hospital aún con vida, pero a mi mamá le hablaron hasta las ocho. Cuando fuimos ya no lo encontramos vivo”, cuenta Andrea. Es imposible que no llore al decirlo.
Día del accidente
El pasado 28 de febrero en la calle Mariano Matamoros, esquina con Álvaro Obregón, en la colonia Moderna de la Cruz de Toluca, a Ángel Vilchis lo atropellaron. Eran entre las 7:00 y las 7:30 horas, recuerda Andrea.
Ángel manejaba una motocicleta color rojo de la marca Italika, la cual quedó derribada sobre el asfalto.
Una camioneta lo habría aventado, para luego fugarse del lugar de los hechos. Es lo único concreto con que cuenta la familia Vilchis.
No tienen la hora precisa pero es el cálculo, porque Ángel hacía de 10 a 15 minutos hasta su destino de trabajo.
“Trabajaba en cárnicos y hacía poco para llegar”, explica Andrea, quien ahora pide a quien la escuche, contribuir con videos o fotos del día de los hechos.
Indicios
Andrea comentó que la Fiscalía le informó que localizaron la camioneta que presuntamente está involucrada en el siniestro vial. También le prometieron permitirle ver los vídeos del C-5.
"Ha sido todo muy rápido, pero en cuanto sepultemos a mi hermano voy a ir a la Fiscalía", dice Andrea aún llorando y con la foto de su hermano abrazada.
Los indicios que más le ayudarían sería que los vecinos cercanos o algún automovilista haya grabado el momento en que su hermano fue atropellado.
Un cumpleaños pendiente
Dice Andrea que a su hermano menor le quedaron a deber el festejo de su cumpleaños, porque ese día trabajó y salió con sus amigos. Como lo haría otro joven de su edad, explica.
"Quedamos pendientes a festejarle su cumpleaños y ahora ya no se podrá", explaya Andrea. El 1 de febrero pasado Ángel cumplió los 23.
Las únicas flores que recibió son las que van en las coronas de flores que llegaron en una camioneta a la iglesia de Santiago Miltepec. Allí le celebraron una misa a Ángel. Llegó en una carroza desde el Seminario, donde actualmente vive la familia.
Al panteón solo llegaron sus familiares. Al frente siempre Andrea con un cuadro de la foto de su hermano. La justicia aún está pendiente por llegar.
