El Arzobispo de la Arquidiócesis de Toluca, Francisco Javier Chavolla Ramos señaló que el nombramiento de monseñor Felipe Arizmendi como Cardenal es un gran regalo del Santo Padre.
En el inicio de la misa dominical celebrada en la Catedral de Toluca, el pastor de la Arquidiócesis local dijo "vamos a pedir por él para que Dios le de fortaleza y agradezcamos al Papa por este regalo que nos ha concedido", refirió.
Felipe Arizmendi nació en la comunidad de Chiltepec, municipio de Coatepec Harinas. Su ordenación sacerdotal fue el 23 de agosto de 1963 y la ordenación episcopal se dio el 7 de marzo de 1991.
Fue sacerdote de la Arquidiócesis de Toluca, desde su ordenación hasta su nombramiento episcopal. Más tarde se convirtió en Obispo de Tapachula y de San Cristóbal de las Casas.
El 7 de noviembre de 2017 le fue aceptada su renuncia por edad al gobierno de San Cristóbal de las Casas por el Papa Francisco.
A partir de ese momento se regresa a la ciudad de Toluca, sin dejar de ser Obispo emérito de San Cristóbal de las Casas
Los hombres están llamados a amar
Durante la homilía dominical, Chavolla Ramos destacó que todos los hombres están llamados a amar, pues han sido creados en el amor y partiendo del amor de Dios y de los padres.
"Dios es amor y por ende, somos amor, nuestra plenitud es el amor, por eso el camino que debemos de seguir y nos marca Dios es el amor, así como ustedes lo hacen con sus hijos para encontrar una vida recta", recalcó.
"Cuando un hombre o mujer no aman, se frustran y se llenan de rencor y desesperación, de tal suerte que no hay ilusiones y sus deseos quedan truncados", agregó.
"El amor es camino a la perfección, pero alcanzar ese grado máximo se tienen que cumplir varios procesos y grados, así como en la escuela", asentó en su mensaje.
"Jesús nos dice que seamos perfectos, no amen solo a los que hacen el bien sino también a los que calumnien, es decir amar al enemigo", recalcó.
Finalmente estableció que el hombre no se debe quedar en lo mediocre del mundo, pues el amor es camino a la perfección, es decir, no solo un amor con sentimiento sino con actitudes positivas amar y perdonar.