Para impulsar la cría de aves de postura la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) creó un módulo para la producción de huevo campero en la Granja Experimental del campus, en colaboración con mujeres campesinas de las comunidades rurales de los estados de Tlaxcala y Puebla.
El experimento arrancó con cinco jefas de familia que incursionaron en la cría de gallinas en libertad, con el objetivo de conseguir productos como el huevo y la carne más saludables para el consumo humano y obtener el bienestar animal en la industria avícola.
Las mujeres, jefas de familia fueron capacitadas y recibieron asesoría técnica además de acompañamiento para la autogestión de una producción avícola libre de jaulas, como parte del proyecto: “Producción de huevo campero: un modelo de cría de gallinas en libertad para promover la autonomía alimentaria en México”, liderado por la Dra. Elvia López Pérez, investigadora adscrita al Departamento de Zootecnia de la UACh.
Loa investigadora explicó que buscaron reducir la tensión de las gallinas, evaluar la producción y analizar las características físicas y químicas de los huevos. Los expertos también evaluaron diversas líneas genéticas de aves en pastoreo y confinamiento, formularon dietas nutritivas y exploraron prácticas tradicionales para el manejo de enfermedades aviares.
“Este proyecto, enfocado en la cría sustentable de gallinas de postura en condiciones de bienestar animal, demostró ser un modelo exitoso para impulsar la autosuficiencia alimentaria en comunidades rurales. Asimismo, fue significativa la integración de conocimientos tradicionales de las productoras, como el uso de cominos, cenizas y epazote de zorrillo contra ácaros rojos, en el manejo de las aves”, dijo.
Las mujeres rurales, de escasos recursos, recibieron la donación de materiales para la construcción de gallineros siempre y cuando no contaran con algún corral. En otros casos la familia se encargó de la construcción del corral por medios propios. En las áreas propuestas por los especialistas las gallinas tuvieron un espacio para estar al aire libre o apacentar, así como una zona donde las aves podían dormir y llevar a cabo la postura del huevo.
“La UACh compró 400 pollas: 200 fueron donadas y el resto se mantuvo para los fines experimentales. De esta forma, fueron dispensadas 200 pollas de seis semanas de edad, en buenas condiciones y vacunadas contra Newcastle e influenza. La cantidad de pollas entregadas fue diferente debido a las dimensiones de los espacios que las propias familias tenían para recibir y cuidar a las gallinas”, indicó la especialista.