Tejupilco, México.- El olvido, deudas, enfermedades, pero lo más grave, la tristeza, prevalece en la humilde vivienda propiedad de don Simón y su esposa Camila, abuelitos de Pedro, el estudiante que falleció al ser atropellado cuando viajaba en una moto por una patrulla de la policía estatal que al parecer realizaba una persecución.
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“Nos robaron nuestra única alegría, pues Pedrito era quien vivía con nosotros. Ahora todo es distinto”, señaló con voz entrecortada don Simón Martínez, quién se encuentra destrozado por la muerte de su nieto.
En su humilde vivienda de adobe y con el techo de teja que muestra varios boquetes, la pareja de la tercera edad accedió a platicar con El Sol de Toluca para señalar que desde el fallecimiento de su nieto, Pedro, ninguna autoridad se ha dignado en visitarlos y menos brindarles la mano.
Acompañados de algunos vecinos que han estado al tanto de los señores, mencionaron que lo único que recibieron fue el ataúd para ser sepultado el joven estudiante de Telebachillerato quien a inicios del mes de abril fue atropellado cuando viajaba en una moto con su compañera de nombre Zaira, por una patrulla de la policía estatal que supuestamente realizaba una persecución.
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Indicaron que al enterarse del accidente, doña Camila Benítez cayó enferma y por lo mismo tuvieron que trasladarla a un hospital, mientras que don Simón tampoco daba crédito a lo sucedido.
Posteriormente y después de que el estudiante lamentablemente falleció, don Simón se vio obligado a buscar dinero prestado para enfrentar los gastos del funeral y para ello, se tuvo que deshacer de unos chivos.
No tuvimos otra opción que salir a conseguir dinero y de hecho algunos vecinos también anduvieron pidiendo para poder juntar y sepultar a Pedrito. Creo que lo único que nos dieron -y no sé quién-, fue la caja.
Recordaron que Pedrito como era conocido en la zona, era un muchacho muy noble y prácticamente con ese accidente, le arrebataron sus sueños y la oportunidad de que con el estudio pudiera haber ayudado a sus abuelitos.
“Le gustaba mucho jugar fútbol, él se salía con sus amigos y quien sabe a dónde se iba a jugar. Con nosotros siempre fue muy atento, el era como nuestro hijo, pero bueno no lo quitaron”, detalló don Simón mientras algunos jóvenes que lo conocían decían que su ídolo era el futbolista brasileño Neymar.
A partir de esa tragedia, aceptaron se vinieron muchas cosas negativas, aceptaron, pues las enfermedades se recrudecieron para ambos y debido a que se quedaron con muchas deudas no pueden pagar ni los estudios médicos.
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“La señora Camila tiene que operarse y aunque ya fuimos al hospital del municipio, nos traen vuelta y vuelta, mientras que si decidimos operarla por fuera nos sale en 30 mil pesos y no los tienen. De hecho tan sólo para unos estudios que ya urgen salen en tres mil pesos, pero no hay de dónde”, dijo María Camilo, una vecina que ha estado al pendiente de la pareja de abuelitos.
Con mucha pena, don Simón reconoció que en estos momentos si requieren de ayuda, “la verdad es que sí necesitamos apoyo para salir a la orilla. Yo me dedico al campo, pero en estos momentos no puedo ni trabajar por mi enfermedad, además me quedé sin mis chivos”, expresó con tristeza.
Actualmente, don Simón y su esposa Camila, lucen abandonados en su casa localizada en la colonia Capire, casi en la punta de un cerro, esperando a que alguna autoridad o inclusive la misma ciudadanía les tienda la mano
