La recolección de fármacos caducos en el Estado de México continúa pese a las dificultades que la pandemia de la Covid-19; dicha acción permite disminuir el comercio ilegal y evita la contaminación del medio ambiente.
Cada año el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos A. C. (SINGREM) recolecta hasta 600 toneladas de fármacos caducos en las 25 entidades en las que tiene presencia; sin embargo durante el 2020 no se alcanzaron ni 500 toneladas, informó José Antonio Aedo, director general del SINGREM.
"Cuando comenzó la pandemia tuvimos que parar labores durante dos semanas para entender qué era lo que estaba pasando, pero luego nos dimos cuenta de que la gente seguía acudiendo a las farmacias, que había adquisición de medicamentos y en consecuencia seguían sacando fármacos caducos. Entonces se tomó la decisión de continuar laborando pero con todas las medidas de prevención", comentó el entrevistado.
Entre los medicamentos que la SINGREM más recolecta, destacan los analgésicos, antiinflamatorias, los utilizados para el tratamiento de enfermedades cardíacas, para controlar la presión arterial, para tratar y controlar la diabetes, para tratamiento de tos y gripa y vitaminas, entre otros.
Datos de la SINGREM refirieron que la mayor parte de los medicamentos recolectados para su destrucción, corresponden a donaciones recibidas en dispensarios de las iglesias, así como instituciones de atención médica y paramédica privada, tales como la Cruz Roja Mexicana.
“Muchas veces la gente llega y dona medicamentos con buena intención de ayudar, pero se trata de medicamentos que no pueden ser utilizados por su vencimiento, comentó el director general de la SINGREM, quien puntualizó que la recolección de medicamentos es una labor cien por ciento gratuita.
Cabe mencionar que los residuos acopiados en tiendas de autoservicio, farmacias, corporativos, laboratorios y otros, son transportados para su destrucción final por el gestor ambiental con un prestador de servicios calificado para este fin (tratamiento térmico preferentemente).
Además, la SINGREM emite un certificado de destrucción final (manifiesto), mismo que ampara el fin del ciclo iniciado desde la recolección.