La Legislatura mexiquense aprobó diversas reformas para proteger a las abejas, a través de la prohibición de plaguicidas en el Estado de México, donde el promedio de producción es de unas mil 100 toneladas con 35 mil colmenas y 700 de avicultores.
A propuesta de la legisladora Beatriz García Villegas, de Morena, el Congreso local avaló reformas al Código para la Biodiversidad del Estado de México y a la Ley de Apicultura del Estado de México para fomentar una actividad apícola sostenible, mediante el consumo de productos ecológicos, ya que los plaguicidas han afectado a las abejas, así como a varias especies de plantas y pueden generar enfermedades como leucemia, cáncer y afectar los alimentos que se consumen.
El decreto de reforma al Código para la Biodiversidad señala que la utilización de productos agroecológicos, fitosanitarios ecológicos y orgánicos, plaguicidas, fertilizantes y sustancias tóxicas deben ser compatibles con el equilibrio de los ecosistemas, y considerar los efectos sobre la salud humana con un enfoque preventivo.
También precisa que cuando un agricultor, ganadero, o dueño o responsable de una propiedad tenga la necesidad de aplicar plaguicidas, sustancias o materiales tóxicos o peligrosos, especialmente neonicotinoides, estará obligado a avisar de ese hecho y del producto que vaya a utilizar a los apicultores y a la asociación de apicultores, instalados en un radio de acción de cinco kilómetros, que puedan verse afectados con dichos productos, en un término de 72 horas.
La nueva disposición precisa que las personas productoras agropecuarias y autoridades competentes deberán desincentivar el uso de sustancias y materiales tóxicos para sustituirlos por alternativas sostenibles que permitan mantener las poblaciones de polinizadores.
En tanto, las autoridades de carácter estatal y municipal, en el ámbito de sus competencias y atribuciones deberán prestar auxilio y asesoría técnica en el uso y manejo de sustancias químicas o vegetales para prevenir y proteger a las abejas y otros polinizadores.
La legisladora Beatriz García alertó sobre el Síndrome del Colapso de las Colmenas, donde las abejas misteriosamente mueren o se extravían y no pueden volver a su reducto, por lo cual sus poblaciones disminuyen y se afecta la producción de alimentos.
En 2004, recordó, se registró una hecatombe de abejas, donde apicultores de todo el mundo alertaron sobre las pérdidas masivas en sus colmenas, pues entre un 30 y 90 por ciento de las abejas adultas desaparecieron y quedaron solo la reina y las crías. El fenómeno, explicó, no solo afecta a colmenas de abeja de la miel; sino también a las silvestres.
Por ello, urgió a cuidar la actividad polinizadora de las abejas y de los productos obtenidos directamente de ellas.