Ni el neoliberalismo en el hemisferio norte ni las dictaduras de izquierda en el cono sur del planeta han logrado reducir la brecha salarial y económica entre hombres y mujeres, afirmó Nelly Cubillos Álvarez, doctora en ciencias sociales por la Universidad de Chile, quien llamó a los gobiernos a considerar la visión feminista para generar crecimiento económico y desarrollo social.
Indicó que ambos regímenes están basados en modelos patriarcales que ponderan el trabajo de ellos e invisibilizan la aportación que hacen ellas, sobre todo el que realizan en su segunda y tercera jornada laboral, las cuales representan no sólo una tarea sino la labor de conservación de la vida, del cuidado familiar y con ello garantizan la continuidad de la fuerza laboral.
En el conversatorio “Estudios de Género: Construyendo una economía feminista”, la especialista chilena censuró a los gobiernos, tanto de izquierda como de derecha, por la falta de políticas públicas enfocadas a una real disminución de las desigualdades, pues con programas asistenciales y dádivas económicas no generan riqueza, ni empleos, ni desarrollo, solo están administrando la pobreza en aras de contar con seguidores que los sostengan en el poder.
En el evento, organizado por el Instituto para la Formación y Atención al Desarrollo Humano (IFADH), cuestionó la forma en cómo los economistas determinan los salarios y porqué el trabajo en el hogar que realiza la madre soltera, la mujer casada o soltera no forman parte de las cuentas públicas ni se contabilizan en el PIB pese a que gracias a ello se tiene una fuerza de trabajo sana, activa y en condiciones de seguir produciendo ingresos para incrementar el capital, pues lo único que no tiene fin es la acumulación de capital, subrayó.
De acuerdo con Nelly Cubillos sin el trabajo que las mujeres desempeñan en el hogar las condiciones de vida que requieren los tiempos actuales serían impensables, por ello, llamó a las mujeres a formar colectividades y redes de apoyo que faciliten la tarea de concientizar a los varones del papel que ellas desempeñan, pero no sólo para que reconozcan su valor económico, sino para que lo compartan y colaboren en la misma proporción que lo hacen ellas.
Se refirió también a la necesidad de crear conciencia de que todo lo que nos rodea es indispensable para sostener la vida y citó al grupo identificado como las“Ecofeministas”, quienes no sólo defienden los recursos naturales por un afán ambientalmente conservacionista, sino porque cada animal, cada planta, cada mineral y recurso son indispensables para el equilibrio y para la vida en sí misma.
En otra parte de su intervención, resaltó el incremento de la violencia feminicida contra las mujeres y la atribuyó a la marcada y ancestral cultura patriarcal, pues los varones necesitan demostrar su “superioridad” en este tiempo en que, aún con limitaciones como la desproporción de los salarios al trabajo igual y la incumplida paridad de género a nivel directivo, la mujer ha avanzado en su desempeño laboral.