A Claudia, la yerbera más jóven del pasillo de los rituales, le llegaron este viernes la mayoría de sus clientes que están ausentes todo el año en el mercado Benito Juárez.
“Para que no falte la lana todo el año”, dice Claudia a una de sus clientas que le hizo un pedido extenso: un plato con las 13 semillas de la abundancia, el buda vestido a lo mexicano, el borreguito con el listón rojo que es evidente que sirve para el dinero, unas monedas lacadas de oro y un dólar amarrado en churrito.
De un extremo a otro, donde tiene las yerbas y las veladoras, Claudia corre las manos para atender. Enciende los inciensos y despacha otro paquete de 13 semillas, tres monedas, un dólar y un borrego.
“Cada año se hace la difusión para hacer una limpia, hacer un desalojo, tanto personal, la casa, el trabajo y desechar todo lo mal vivido en el año”, explica.
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Se llama Claudia Estrada y es la propietaria del local 444 en el pasillo de los rituales del mercado Benito Juárez de Toluca. Tiene 40 pero dice que inició a los 12, cuando era una adolescente y le enseñaron a hacer las limpias con las hierbas, a realizar los desalojos de mala vibra. Porque ella es como una chamana de la suerte y de la fe.
"Se debe creer para que sirva", dice y sigue encendiendo los inciensos que aromatizan el aliento de uno, y el alma del otro.
En el local la yerbera atiende al ritmo que llegan los clientes, pareciera una chamana, porque sus clientes le consultan sus dolencias y malas rachas y Claudia les recomienda lo que les servirá para salir de ese “callejón amargo”.
“Se trata de ofrecer lo que les sirve”, le explica Claudia a la clienta y al mismo tiempo a sus aprendices que despachan con ella.
La yerbera aprendió bien de las más longevas del mercado de las hierbas, como la Güera Dolores que despacha en el otro pasillo.
"Este año le toca a Claudia manito", me dijo la Güera y lo que dice la chamana se respeta.
RITUALES
El local tiene lo tradicional, lo que funciona desde siempre, como las veladoras para la Divina Providencia que encienden cada día primero, los borregos de la abundancia, que se deben colocar en la puerta de entrada de la casa.
“Hay borregos en llaveros, hay en platos con semillas, los tenemos preparados, y lo tradicional es que vaya colgado en la puerta, pero puede ir en la mesa”, asegura la yerbera.
El 444 de Claudia está justo en la entrada donde despacha el altar a la virgen de Guadalupe. Por eso es que es confuso cuando observas a la gente pasar y persignarse. No se sabe si lo hacen frente a las figuritas por cuentos que hay en el local de Claudia o ante el altar de la Guadalupana.
"Este año que viene es el del conejo", dice Claudia y por eso es que en los estantes lo que más luce son los arreglos con el conejo blanco o dorado.
De tantas formas y adornos como se pueda imaginar, allí los tiene Claudia.