Una pareja que por más de dos meses realizó guardias y se opuso a la venta de su terreno en el paraje Cuatro Caballerías, para dar paso a las obras del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), finalmente cedió.
Compañeros de la pareja refirieron que los esposos, sin avisar a nadie, se entrevistaron con representantes de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), así como de la Comisión Nacional de la Vivienda (Conavi), quienes a cambio de cederles su terreno les ofrecieron una casa de interés social.
El 28 de junio el Gobierno Federal expropió terrenos privados para los trabajos de construcción del AIFA. El Decreto de Expropiación indica que en el “Polígono" ubicado en el municipio de Nextlalpan se expropiaron 341 mil 387.257 metros cuadrados. Los residentes del paraje Cuatro Caballerías denunciaron que los trabajos de la Sedena se extendieron 3 mil metros más de lo que marca el decreto que afectó a 56 lotes privados.
Desde entonces decidieron realizar guardias las 24 horas de los siete días de la semana para evitar intromisiones de los trabajadores. Entre éstos se encontraban Javier y Anabel, a quienes les costó cuatro años hacerse de su terreno de 372 metros cuadrados.
La pareja, él de 30 y ella de 35 años, son padres de 4 hijos, una adolescente de 15, un niño de 13 y dos niñas de 7 y un mes de nacida. Para Javier, de oficio albañil, con la llegada de las obras de la nueva terminal aérea sus problemas comenzaron.
Desde hace varios meses habitaban su casa compuesta de dos habitaciones y que aún se encontraba en obra negra. Ya no pudo salir a trabajar por cuidar de su propiedad y, en ese lapso, su esposa dio a luz a su hijo prematuramente y otros de sus hijos enfermaron de las vías respiratorias debido a los fuertes fríos.
Al igual que los demás dueños de terrenos, la pareja exigía que la Sedena les pagara un precio justo por sus terrenos que estiman entre 2 mil 500 y 3 mil pesos el metro cuadrado. En el mejor de los casos obtendrían cerca de 89 mil pesos, en el peor 66 mil 500 sin contar con lo construido.
Los habitantes del paraje indicaron que sorpresivamente las máquinas rebasaron la cinta perimetral y comenzaron a derribar la casa de Javier y Anabel. Al cuestionar a los trabajadores, éstos les informaron que la casa ya había sido cedida a la Sedena.
Los compañeros de la pareja aseguraron no sentirse traicionados ni mucho menos pero que desconfían de que tanto Javier como Anabel reciban la casa que les ofrecieron, al parecer en una unidad habitacional en el municipio de Tizayuca en el estado de Hidalgo.
“Firmaron unas hojas donde las autoridades supuestamente los van a apoyar con una casa de interés social. Al parecer las hojas no estaban selladas y la firma no se llevó a cabo ante un Notario Público, fue aquí mismo en el paraje, no creemos que les vayan a cumplir”, concluyó una de las afectadas.