Zinacantepec, México.- El edificio de la antigua hacienda La Huerta, construida en el siglo 17 en este municipio, se instala sobre una colina y expone paredes que caen a pedazos por el deterioro natural y por el olvido de las autoridades.
Hace unos 80 años la gran hacienda era pionera en la producción maízy especialmente en cebada, que era usada para la producción de cerveza en Toluca para la familia Henkel.
Sus bardas en adobe se podían divisar a lo lejos y la fachada de su pieza principal pintada en verde suave, sobresalía entre los lomeríos de Zinacantepec. Esa estampa ya no existe. La carcomió el tiempo.
Sólo los recuerdos quedan
Es un monumento que sobrevivió a siglos de guerras, pero actualmente sólo es una edificación muerta, apropiada por el vandalismo y los saqueadores, que aprovechan en desmantelar sus vigas y herrería.
"Hace años era una joya la hacienda, grandota donde se almacenaba toda la cebada y maíz", relata una vecina que ha vivido en el perímetro de la gran hacienda toda su vida.
Los habitantes de San Juan de las Huertas recuerdan bien esos años de grandeza de la hacienda, la cual fue construida en su totalidad en adobe, teja y madera de roble con pino.
Un camino en terracería que lleva a los barrios altos de Zinacantepec, dividen la casona principal de las bodegas donde se almacenaba la cebada que era traída de los campos con carretas y mulas.
Hay una hilera de eucaliptos que escoden las ruinas de esa gran casa, que tiene derrumbados sus techos y ventanales en color rojo construidos en media luna.
Junto al acceso principal, aún se mantiene en pie la fachada de una capilla con una pequeña torre donde colgaba una campana que ya no existe.
La línea histórica de la Huerta
Hasta hace unos 20 años atrás la hacienda era usada como albergue para niños, tras pasar a manos del gobierno federal.
Entre sus datos históricos destaca que la Huerta funcionó como una especie de estación del tren, donde se descargaba y cargaba el comercio de la región.
Como parte de su esplendor, en su interior tenían grandes jardines y pasillos que daban hacia una sala de cine y una alberca dispuestos para los trabajadores de los Henkel.
Pero en el año de 1942 el terreno y la edificación fueron vendidos a la Secretaría de Salud Federal y fue entonces que la producción de cebada se detuvo.
También el edificio fue ocupado por la Secretaría de Educación Pública, mediante un decreto presidencial emitido el 7 de agosto de 1944 y que sería para albergar el Centro de Integración Social “Carmen Serdán”, para niños y jóvenes indígenas de la región.
Ya en el 2009, los Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM) se encargaron de la administración del inmueble, pero el único uso que se le da es como bodega de material y mobiliario viejo.
La hacienda ha estado en el listado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para su custodia y rescate, sin embargo la casona sigue en abandono, a la intemperie.
Para tomar en cuenta:
4 siglos tiene la hacienda
Más de 20 años lleva abandonada
Hace 80 años producía cebada
Fue propiedad de la familia cervecera Henkel y albergaba una alberca e incluso sala de cine para sus trabajadores