Temoaya, México.- A 15 minutos delCentro Ceremonial Otomí se encuentra la comunidad de Las Palomas,donde el frío cala hasta los huesos y donde -los lugareñosaseguran- no llegan apoyos para enfrentar el invierno que seavecina.
Con una población aproximada de 50familias, Las Palomas parece un pueblo fantasma, pues loshabitantes trabajan en el campo o prefieren no salir de sus casas yquedarse junto al fogón para no sentir las bajas temperaturas quese comenzaron a registrar hace una semana.
María Guadalupe Colín Chávez,oriunda de este pueblo, utiliza restos de madera para tapar losorificios de su vivienda y evitar así que se filtre el aire y sepropaguen las enfermedades entre los integrantes de sufamilia.
Señaló que a muy poco de queinicie el invierno, ya se repuntaron las enfermedadesrespiratorias, además teme que sus animales mueran y laproducción de su papa resulte afectada por el clima.
"Aquí no se puede ni salir, a míya hasta me dio gripa", dijo.
Los pobladores se quejaron que todoslos apoyos sociales se distribuyen en el centro del municipio,cuando es la población de la montaña quien lonecesita.
"Cuando dan calentadores losentregan allá abajo, cuando les dan sus cocinas ecológicas esallá abajo, todos es allá abajo", comentó Enriqueta García,lugareña.
"Aquí no suben los apoyos, nosotrosnos la pasamos en la lumbre", agregó María Guadalupe. Indicaronque otras comunidades desprotegidas son las de la parte alta deXonacatlán, como San Miguel Mimiapan y las deJilotzingo. Ante la llegada de latemporada invernal, los pobladores solicitaron cobijas, despensa ymateriales para la vivienda principalmente.
"Nada más que se quiten las nubesveremos, entonces si se sentirá el frío bueno y nosotros lolamentaremos ", expresó Pablo, habitante.