A pesar de que la emergencia sanitaria por el Covid-19, tiene un carácter científico, ese tipo de pensamiento en ciertos sectores de la población no ha permeado o existe incredulidad.
Así lo señaló, el profesor de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), José Antonio Trejo Sánchez.
Esto al cumplirse un mes y una semana de la cuarentena por el coronavirus, en donde algunas personas sin generalizar se han guiado por cuestiones mística, mágicas o creencias populares, dijo.
A ese punto, el sociólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la máxima casa de estudios mexiquense, agregó que en este lapso se han observado también muestras de desobediencia a las medidas implementadas por las autoridades federales y estatales para mitigar o evitar el contagio al virus.
En México durante la pandemia es de llamar la atención el pensamiento científico se ha mantenido marginal de la vida pública.
“Cómo puede pasar algo así, si el pensamiento científico que es necesario y debería ocupar un lugar central, pero no es escuchado o creíble”.
Lo anterior, mencionó podría ser porque la sociedad mexicana o ciertos segmentos, sin generalizar, aún tienen atavismos, al basar sus creencias en pensamientos religiosos, además de cuestiones mágicas o míticas.
En lo que va de la cuarentena se ha sabido que en mercados y otros espacios ofrecen veladoras, oraciones y otros remedios contra el Covid-19.
En el caso de la desobediencia, Trejo Sánchez indicó que la sociedad mexicana no ha acatado del todo las medidas para frenar el contagio de Coronavirus como no salir de casa puesto que en centros comerciales se aprecia acuden familias enteras y niños, cuando se ha sugerido vaya una sola persona.
Además, apuntó los menores, adultos mayores y personas con diabetes, hipertensión y otros padecimientos crónico-degenerativos deben estar en resguardo domiciliario hasta que las condiciones sanitarias lo permitan por ser grupos vulnerables.
“No somos una sociedad disciplinada como las orientales, quienes sí han dado muestra de ello, lo son a quienes se les ha dicho quédense en casa lo han hecho”.
Explicó pareciera que en el país persiste una cultura rijosa, lo cual comparó con la conducta de algunos estudiantes de secundaria que son desobedientes o no acatan las reglas o recomendaciones de las autoridades.
En ese sentido lamentó ese tipo de conducta sobre todo en al estar en la fase 3 de la epidemia, en donde existe más riesgo a la salud pública.
“No se toman en serio las medidas de sanidad, lo cual es un acto de irresponsabilidad”.