La mayoría de las mujeres que trabajan en medios de comunicación en el Estado de México, sin importar la edad, han sido víctima de algún tipo de violencia, principalmente laboral, seguida de la psicológica y física por parte de servidores públicos, jefes, compañeros y no solamente por parte de hombres, también de mujeres.
Periodistas de diferente medios de comunicación alzaron la voz este domingo para exigir un alto a la violencia y colocaron un “tendedero”, donde denunciaron algunas frases machistas, o con contenido sexual, así como situaciones en las que algunos hombres las acosan.
Este domingo acudieron a la Plaza de los Periodistas para denunciar que la violencia de género ha sido normalizada hasta en los medios de comunicación, pero muchas veces se ha normalizado e invisibilizado; por lo cual decidieron exhibirla y señalar que la cometen diferentes actores, dentro y fuera de los medios.
Más de 50 periodistas de medios impresos, electrónicos y digitales de la entidad realizaron un ejercicio para tener un diagnóstico, en torno a la violencia de género que viven las mujeres de los medios de comunicación a través de una encuesta.
De acuerdo con las respuestas, la mayoría ha sufrido algún tipo de violencia por parte de jefes, compañeros, servidores públicos, incluso de ciudadanos, y no sólo de hombres; también de mujeres.
Tras colocar el tendedero, compartieron un pronunciamiento donde condenaron la violencia hacia las mujeres, reprobaron la reproducción de la violencia de género en las publicaciones de la prensa, e hicieron el compromiso de no revictimizar con su trabajo informativo a ninguna persona que haya sufrido actos violentos.
Las mujeres levantaron la voz por los diferentes tipos de violencia que han sufrido, exigieron frenarla, visibilizarla y no normalizarla.
El diagnóstico es resultado de una encuesta entre reporteras tanto del Valle de Toluca, como del Valle de México, donde participaron 56 mujeres, quienes expresaron que, sin importar la edad, han sufrido violencia de diferentes tipos.
Un 90% ha sufrido violencia
Casi todas las mujeres encuestadas consideran que existe un trato diferenciado hacia las mujeres que ejercen el periodismo, y casi un 90% ha sufrido algún tipo de violencia.
El 74.1% de quienes participaron tienen más de seis años de experiencia en diversos medios de comunicación y una de cada cuatro es menor de 30 años; mientras siete de cada 10 considera que es más difícil ser periodista para las mujeres.
Un dato importante es que un 67% ha tenido un salario más bajo que el de sus compañeros hombres, pese a realizar las mismas actividades y seis de cada 10 encuestadas ha sentido temor de ejercer el periodismo por el hecho de ser mujer.
Violencia laboral: la más recurrente
Las periodistas advirtieron que la violencia de género no es ajena al periodismo, pues casi nueve de cada 10 dice haber vivido algún tipo de violencia en el ejercicio de su profesión: un 65.4 % de los casos fue víctima de violencia laboral, en segundo lugar de violencia psicología y en tercero, de violencia física, en cuarto la económica y en quinto lugar la sexual.
Además, la gran mayoría ha sufrido gritos, humillaciones, devaluación, comparaciones destructivas, marginación e insultos y aun cuando los principales perpetradores han sido los servidores públicos; también la cometen jefes y compañeros varones, y hasta mujeres y ciudadanos.
La violencia sexual es cometida principalmente por compañeros
Los resultados también muestran que en los medios de comunicación más del 58% de las periodistas han sufrido violencia sexual, la cual se expresa en mayor medida con insultos o piropos con contenido sexual y acercamientos no deseados.
En este tipo de violencia, en cerca del 70% de los casos el agresor ha sido un compañero de trabajo, en segundo lugar los servidores públicos, en tercero los entrevistados y en cuarto los ciudadanos.
Las cifras, advirtieron las representantes de los medios de comunicación, muestran que falta mucho por hacer en los medios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género, pues priva una cultura machista y la exigencia de generar cambios dentro y fuera de los medios.