Producto de años sin políticas públicas efectivas, la contaminación atmosférica por partículas suspendidas y, en los últimos tiempos también por ozono, en el valle de Toluca constituye uno de los principales problemas de salud pública que enfrentan autoridades de los tres niveles de gobierno.

Pese a la caída de las primeras lluvias, los niveles de contaminación por PM 2.5 y PM 10 parecen no querer descender y se mantienen por arriba de los 100 puntos, al igual que el ozono.

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A partir del 13 de mayo pasado, la contaminación del aire obligó a tomar medidas parciales para mitigar la concentración de los contaminantes agravados por la presencia de incendios forestales, el incremento de la temperatura y el retraso de las lluvias.

Este matutino ha registrado, para sus lectores, las mediciones de las partículas suspendidas menores a 2.5 y 10 micras, del ozono, monóxido de carbono, bióxido de azufre y bióxido de nitrógeno, para que como sociedad tomemos conciencia de la importancia de estar atento a las mediciones de la calidad del aire y restrinjamos las actividades que contribuyan a la contaminación, así como las medidas para cuidar la salud.