A bordo de una camioneta de modelo viejo, a la que le carga decenas de pesebres, arriba a los locales Ernesto Gómez. Porque noviembre es el mes que dedica a repartir, entregar su artesanía y comienza su venta para las fiestas decembrinas.
“Entregamos hasta el norte del país”, dice don Ernesto y no miente, porque sus casitas de madera ya llevan cuatro generaciones en su familia.
“Por temporada de cada año, son un promedio de mil 500 piezas”, explica el artesano de la zona norte de Toluca, de la localidad de Loma de San Andrés.
Para Ernesto y sus hijos, la temporada de los pesebres significa y abarca trabajo en el taller de al menos cuatro meses.
Sí, cuatro meses en recolectar fibras en la zona del volcán, seleccionar el zacatón y la madera, sobre todo el palo de monte que sirve para las alas de las casitas.
UNA RUTA LARGA
Del norte de Toluca, hasta el norte del país, los pesebres de la familia Gómez se venden al mayoreo, se distribuyen y cruzan cientos de kilómetros por carreteras antes de las posadas.
“Nos hacen los pedidos y vamos repartiendo, a la Ciudad de México, Guadalajara y hemos llegado hasta Torreón, Coahuila”, presume orgulloso don Ernesto.
Sin andar aún las rutas largas, la primera que debe cubrir y atender el artesano, es la carretera Ruta 58, que conecta el norte de Toluca con el municipio de Temoaya. Entrega en los locales, con los moldeadores de resina, quienes crean figuras de María y José y los Reyes Magos.
Los viajes con la camioneta cargada en la batea con docenas de pesebres se hacen en todo noviembre, pero para la familia de Ernesto Gómez González la Navidad comienza desde septiembre.
“Para comenzar a fabricar es desde septiembre en el taller de la casa y en noviembre comenzamos a distribuir”, explica don Ernesto.
Por lo menos son ocho personas que trabajan en lo mismo, especializados en la madera y la tradición de los pesebres que arrebata días dichosos a quienes los adquieren para adornar su nacimiento.
Al negocio le pusieron “Maxi Pesebres” y son originarios de la localidad de Loma de San Andrés, donde es la única familia dedicada a esta artesanía.
Don Ernesto es experto en las medidas. En dimensionar los espacios de las casitas y las figuras que caben en éstas. Es experto en adornar la Navidad.