En la misa de ordenación sacerdotal de cuatro diáconos, monseñor Francisco Javier Chavolla Ramos, Arzobispo de la Arquidiócesis de Toluca, exhortó a los nuevos sacerdotes a no “pavonearse” de su sacerdocio y no caer en ceremonias huecas, donde les interesa más prestigio y el dinero.
En la ceremonia celebrada en la Catedral de Toluca, invitó a los nuevos sacerdotes a darle gracias a Dios por este regalo que les ha dado, pues a partir de ahora son consagrados por el espíritu para ser cabeza, es decir, pastores del único pastor que es Cristo.
“Quiero invitarlos a que tomen conciencia plena del regalo que hoy Dios les concede. Nunca olviden esto, son regalo de Dios, Dios les ha dado este don del sacerdocio”, indicó.
Esto, dijo, es fundamental, pues hay muchos sacerdotes que se olvidan de este don y piensan que no se lo merecen, por su conocimiento y cualidades, se "pavonean" del mismo sacerdocio y actúan mal.
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“Hay sacerdotes que se quieren poner por encima de sus hermanos, aún más de los mismos fieles, piensan que están por encima de todo”, enfatizó.
Su sostén y fuerza, puntualizó, es Dios, y en la medida que toman conciencia de esto, van a entender que por un lado son riqueza y por otro lado miseria.
“Esto queridos hijos para el mundo parece una contradicción, es decir, cómo pueden llevar la grandeza de Dios siendo miseria y pecado”, añadió monseñor Chavolla Ramos en la homilía de la misa celebrada en la Catedral de Toluca.
También los llamó a ser vigilantes de la riqueza que Dios les ha concedido, una riqueza que deben cuidar sin desperdiciarla. Por ello, afirmó, deben ser vigilantes, no cómplices del mundo.
“Es triste ver a un sacerdote que ha perdido la misma riqueza y lo que trasmite son ritos, ceremonias huecas, donde únicamente le interesa el prestigio o el dinero”, recalcó.
Ante ello, les indicó que su vocación es ser amor de Dios y, por lo tanto, deben ser misericordiosos, no pisotear al pueblo y criticarlo porque se ha caído, finalizó.
Cabe señalar que en esta misa a la que asistió el obispo auxiliar de Toluca, monseñor Maximino Martínez Miranda, se ordenaron los sacerdotes Martín José Colín García, Leonardo Dávila Hernández, Antonio Pulido González y Pedro Rivera Fernández.