"Ya no hay ferias y los contratos se cancelaron", reprocha don Pablo Cruz para referirse a la crisis económica que engendró la cuarentena del Covid-19 en el país. El músico supo de una convocatoria para armar un padrón de artistas y pedir apoyo económico al Gobierno del estado, por eso arribó a la plaza de Los Mártires este jueves.
Junto con él se sumaron mariachis, bandas de viento, solistas, grupos norteños e incluso payasos que quedaron sin empleo desde el 20 de marzo, cuando inició la cuarentena obligatoria en el Estado de México.
"Me permite decir unas palabras mi amigo, mi nombre es Pablo Cruz Cuevas, y tengo 40 años en la música mi amigo, y también tengo más de un mes sin trabajo", asegura el músico y líder de un grupo conocido en las fiestas y los promotores como la Ley del Norte.
Los ahorros que habían quedado de algunas tocadas de diciembre, se consumieron en la familia de don Pablo y no hay forma de estirar el gasto hasta acabar la cuarentena.
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"No hay dónde podamos ir a tocar ni forma de vender los instrumentos", repone el músico. Ha pensado en empeñar los instrumentos, quizás sea la opción.
MOVIMIENTO
La movilización la encabeza Fernando Cuevas, un solista mexiquense que formó también una página de Facebook denominada "Movimiento Una Sola Voz", mediante en la que se ha convocado al gremio artístico.
"Todos estamos convocados aquí porque quedamos sin empleo, nosotros en el gremio estamos en fase cinco, por eso pedimos la ayuda del gobernador y asociaciones civiles", explicó el cantante.
La intención de reunirse fue crear un padrón con nombres, agrupaciones y lugar de origen para entregarse junto con un oficio al Gobierno del estado para que se otorgue una ayuda económica de 2 mil pesos y una despensa por familia.
COLORIDO MUSICAL
Desde tempranas horas de este jueves la convocatoria atrajo a docenas de conjuntos de mariachi que vistieron sus trajes con guitarras y violines, como cuando asisten a una presentación. Los norteños con trajes de olanes en rojo vivo y chaquiras también se formaron a las hileras que se extendieron a un metro de distancia en la plaza de Los Mártires.
Un par de jóvenes que van en la fila visten unos trajes en negro con botas del mismo tono y tuvieron que colectar para pagar la gasolina de la camioneta que usaban para las tocadas y poder llegar a Toluca.
Incluso, don Pablo viste su tejana negra y cuando habla asemeja al tono de un presentador que ameniza un baile. Pero retornar a los escenarios se mira lejano, dice.
El escenario que pisan ahora, da miedo, repone Alberto Contreras, integrante de una banda del sur del estado. Ni tocar zapateados y sones para narcos, ha sido tan difícil de sobrellevar.
"Tengo a mis hijos en la casa y sin entradas ni para ir a cosechar algo al campo", insiste sobre la situación cruel que atrajo el Covid-19.
CANTA POR PESOS
Dani Mejía vive de los pesos que gana en las complacencias de los restaurantes. Cinco tonadas, significan medio kilo de pollo, un kilo de tortilla y sopa. Pero si no sale de las complacencias, solo se estira el gasto para sopa.
Es músico ambulante, porque es mejor que pedir limosna en los camiones, asegura.
Fernando Cuevas aclara que detrás de su movimiento no hay tintes políticos ni intereses personales, solo ayudar.