Con el fin de mostrar a sus visitantes las tradiciones religiosas, autoridades convirtieron sus callejones en coloridos murales para presumir sus fiestas donde destaca El Señor del Huerto que se celebra en el mes de septiembre y consiste en una vistosa procesión de imágenes.
"En estos murales se plasman las tradiciones religiosas que tenemos aquí todo el año, es una forma de mostrarle a los visitantes nuestros festejos", mencionó don Fabián, vecino de la zona centro donde se ubica el callejón Juan Aldama.
A un costado de la plaza central de este municipio, se encuentran los coloridos murales que, dijo, fueron remodelados en el año del 2011 en la gestión de Fidel Almanza Monroy y del entonces gobernador mexiquense y también ex presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Este callejón, indicó, es muy visitado por gente que viene de otros lugares, pues se retratan las festividades que se llevan a cabo a lo largo del año y que también se vuelven en un atractivo turístico.
De acuerdo con una leyenda colocada en estos murales en el proyecto que lleva por título "Callejones Pintados" colaboraron con la explicación de las fiestas Vanessa Millán, la pintura a cargo de María del Rosario Martínez y como ayudante y rotulista Carlos Lovera.
La Fiesta del Señor del Huerto
Según la información en el mural, La Fiesta del Señor del Huerto, es una celebración que se realiza cada tercer domingo de septiembre que revive las tradiciones y las costumbres religiosas más arraigadas, heredadas desde principios del siglo XVII.
Según cuenta la tradición, esta imagen se encontraba en una casa ubicada en El Huerto y era cuidada por una anciana. Sin embargo al morir, pobladores trasladaron la imagen a la parroquia de Santa María de Guadalupe, pero está aparecía nuevamente en El Huerto, por lo que la interpretación de los fieles fue que quería estar en ese lugar y por lo mismo le construyeron un templo.
La celebración se realiza a cargo de mayordomos y el viernes posterior al tercer domingo de septiembre, todas las imágenes de los pueblos colonias y rancherías de la zona son llevadas en una gran procesión al Señor del Huerto desde su santuario hasta la parroquia de Santa María de Guadalupe.
En este recorrido por las calles del centro del municipio, donde se muestra la fe y devoción de los fieles, también es acompañada por diferentes danzas, bandas de viento, cohetones, y música al ritmo de la chirimia, tambor y violín.
Las imágenes que acompañan al Señor del Huerto, en un acto de respeto salen primero para luego esperar la imagen del santo patrono. Cuentan que quienes cargan la imagen, está la sienten muy pesada en su inicio y a su regreso ya muy ligera, por lo que interpretan que la imagen quiere estar en su templo.
El sonido del tambor, la chirimia y el violín, indica es el hilo que une la devoción al cielo y además refieren que está labor la realiza Ceferino Castillo y Daniel Castillo de San José del Tunal, quienes ya llevan más de 20 años tocando en esta procesión.
Cabe señalar que en esta fiesta resalta la danza de las pastoras, es una danza de origen colonial integrada por jovencitas de varias comunidades portando flores de oropel, listones y cascabeles que adornan sus bastones y sombreros, los acompañan moros quienes hacen sonar dos machetes.
Fiesta de la Ascensión
El barrio de la Ascensión 40 días después del viernes Santo, celebran uno de los episodios que la iglesia enmarca de este misterio como la Ascensión de Jesús Cristo.
La señora Micaela Hernández, relatan, cada año con alegría y devoción abría la capilla para llamar a misa y por lo mismo en estas fechas, las casas se adornan con papel china, la capilla con flores de oropel y la imagen con velas y espigas de trigo con la música de la chirimia, el violín y el tambor.
En esta fiesta destacan los ricos antojitos tamales y atole de masa así como buñuelos.
Día de la fraternidad
Finalmente el día 5 de febrero, la fiesta de la fraternidad representa un festejo muy especial que comenzó a principios del siglo XX. En sus inicios se realizaba en los llanos de San Martin, dónde los pobladores acudían a convivir.
Se hacía, relatan, un desfile y luego la charreada y demás actividades deportivas. Se convivían alimentos en manteados y con manteles sobre el pasto; frijoles, huevo duro, arroz y música de fondo, era la característica esencial.
destacan las carreras de cinta, peleas de gallos, puerco y palo encebado, y después el baile.
Está fiesta, representaba el mejor evento para convivir en familia con los vecinos y ala fecha todavía causa mucha alegría por vivir el día de la Fraternidad Atlacomulquense.