La prohibición para la venta o regalo de bolsas plásticas, envases de unicel y popotes anunciada por los ayuntamiento de Toluca y Tlalnepantla no es compartida por otros gobiernos municipales, pues antes de incorporar una medida coercitiva en sus Bandos prefieren realizar previamente campañas de información, concientización y sensibilización entre su población, como en el caso de Metepec y San Mateo Atenco.

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En el Pueblo Mágico, el cabildo aprobó la realización de una campaña intensa de tres meses, que haga énfasis en el daño que causan al ambiente los productos elaborados con plástico, unicel y PET, entre otros, particularmente por el tiempo que requieren para alcanzar su biodegradación; en tanto que San Mateo Atenco contempla dedicar a esta actividad un año completo.

Metepec

Los regidores de Metepec se inclinaron por la propuesta de la alcaldesa Gabriela Gamboa Sánchez, para buscar el consenso de comerciantes y prestadores de servicios para informar sobre los objetivos de la medida, entre otros evitar que los envases plásticos y de unicel vayan a parar a los cauces y arroyos, pues es uno de los desechos que contribuyen a las inundaciones y desbordamientos en época de lluvias.

Conscientes de la dinámica económica del municipio, brindarán a los empresarios información acerca de las alternativas de materiales biodegradables y amigables con el ambiente que pueden utilizar para mantener su actividad, de manera que al término de los tres meses, por convicción y no como medida impositiva, se dejen de utilizar.

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Además, la campaña de concientización ambiental incluirá otros temas relacionados con el manejo de residuos sólidos para reducir la cantidad de desechos que se generan y el volumen que requiere de un sitio de disposición final; así como el uso racional y el cuidado del agua, entre otros temas.

San Mateo Atenco

En el municipio zapatero, la autoridad municipal consideró que el tema de los plásticos corresponde a la visión de la Agenda 20-30 que abrazó el alcalde Julio César Serrano González; propuso esperar un año para limitar el uso de bolsas y popotes de plástico, así como envases de unicel para dedicar este tiempo a promover una cultura ambiental incluyente.

Es decir, busca que las personas se convenzan de los beneficios de cuidar los recursos naturales de manera integral, bajo la premisa de que es la herencia que se les dejará a las generaciones jóvenes, por lo que se empezará por hacer que reconozcan que no es suficiente con que el ayuntamiento barra las calles, sino que cada uno debe cuidar el frente de sus casas.

Se dará especial atención a la cultura de las R: reducir, reutilizar y reciclar, así como cuidar el agua potable, pero no sólo en mantener cerrada la llave, sino en aprovecharla al máximo y evitar que se agreguen contaminantes a la que se va al drenaje.

Además, a partir del 5 de febrero próximo, fecha para la proclamación del nuevo Bando Municipal, se entregará a cada vecino el Decálogo Ciudadano, el cual contiene todas las normas indispensables para la convivencia y el consumo, pero armonizado de manera que ninguna de ellas es coercitiva sino bajo consenso para alcanzar una verdadera cultura ciudadana.