Una decena de personas se dio cita minutos antes de las 15:00 horas de este 20 de marzo en la cima de La Peña, en Valle de Bravo. El motivo de esta reunión era la entrada del Equinoccio de Primavera, renovando los tiempos tanto materiales, naturales y espirituales.
Justo a la hora programada, una ocarina sonó desde algún punto del Pueblo Mágico anunciando la llegada de la Primavera, por lo que, los presentes, con las palmas de las manos abiertas, recargaron su energía en esta nueva estación del año.
Sin embargo, los grandes ausentes fueron los mazahuas del municipio, quienes en años pasados se daban cita en la cima de esta falla geográfica para recibir a la primavera.
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Pasó casi desapercibido este momento místico, que en otros lugares de la entidad, como en Teotihuacán o Temoaya, es motivo de aglomeración turística.
Metros abajo de este peñasco ubicado en la cabecera municipal, apenas cuatro personas se dieron cita en los vestigios arqueológicos conocidos como Casa de Ídolos o Las Monjas, para hacer el mismo ritual con las manos en señal de bienvenida de la Primavera.
Este lugar guarda el secreto de unas bases de pirámides en ruinas, pues el Instituto Nacional de Antropología e Historia no ha continuado sus investigaciones y excavaciones en la zona.
Por lo que se convirtió en una zona desértica para recibir el Equinoccio de Primavera por parte de habitantes y visitantes de este Pueblo Mágico.
Fue así como en dos lugares llenos de misticismo, fueron contadas las personas que acudieron a cargarse de energía en este nuevo ciclo solar, esperando que para el 2024 se rescaten las tradiciones ancestrales de los pueblos originarios, antiguos a lo que hoy es Valle de Bravo.