Presa Madín abastece de agua contaminada a Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán

De acuerdo con un especialista de la UNAM, la presa registra altas concentraciones de metales pesados y sustancias tóxicas como metales pesados, solventes, ácidos, grasas, aceites, entre otros.

Patricia Venegas / El Sol de Toluca

  · martes 14 de mayo de 2024

Presa Madín / Foto: Archivo / El Sol de Toluca

A pesar de no ser apta para el consumo humano, el agua de la Presa Madín abastece a 32 comunidades de los municipios de Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza y Naucalpan a través de una potabilizadora.

Cabe resaltar que este cuerpo de agua registra niveles altos de concentración de metales de hasta 300% más de lo normal, derivado de los escurrimientos de lixiviados, sobre todo provenientes del vertedero del relleno sanitario de Puente de Piedra.

Los escurrimientos de lixiviados (jugos que se generan por la descomposición de la basura), se incrementaron al rio San Juan, tras las dos explosiones de gas registradas en Santiago Tepatlaxco en el 2023.

Foto: Archivo / El Sol de Toluca

De acuerdo con el químico Roberto Ruiz Cervantes investigador de la UAM, al realizar un análisis químico del acuífero de la Presa Madín, los resultados iniciales de los estudios indicaron que, “aunque en el caudal del Río San Juan se diluyen los lixiviados y sólidos tóxicos, el agua almacenada en la presa, registra una concentración de hierro y manganeso de entre 200% y 300%, respectivamente.

Menciona que la concentración de metales es superior a los límites tolerables estipulados, “por eso es importante mantener un monitoreo y buscar disminuir las concentraciones de los contaminantes provenientes de los escurrimientos y de ríos que abastece a la presa, para poder mantenerlos por debajo de los límites establecidos”.

El especialista afirmó que la PROFEPA se comprometió a proporcionar información de la calidad del agua de la presa Madín para poder evaluar si el Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México determina limitar el consumo humano del recurso hídrico.

Desde febrero de 2014, se difundieron estudios toxicológicos hechos en el embalse de Madín, que desde entonces ya revelaban alta concentraciones de metales pesados y donde encontraron en sedimentos de la zona lacustre sustancias tóxicas como metales pesados, solventes, ácidos, grasas, aceites, entre otros.

Además, se tienen concentraciones fuera de lo normal que ya registran cambios genéticos en los peces, principalmente en pulmones y cerebro, pese a ello estos son utilizados como alimento por los pobladores de las comunidades del Viejo Madín y Nuevo Madín.

El investigador de la UAM consideró necesario revisar los procesos de potabilización pues hay otros metales en el embalse como son nitratos, nitritos y nitrógenos amoniacales.

Una opción para detener la contaminación sería declarar a la Presa Madín como Santuario del Agua y Reserva Natural Protegida, que debe hacer el Gobierno de México, con base en un exhorto que ya envió la LXI Legislatura del Estado de México al Ejecutivo Federal, y que permanece pendiente hasta ahora.