De las ocho presas de uso agrícola que hay en el Estado de México, cinco cerraron el 2023 con menos del 50 por ciento de almacenamiento, mientras que el resto registraron el 52.0, 59.0 y 83.0 por ciento de llenado, respectivamente, de acuerdo con el boletín de almacenamiento de agua en presas de uso agrícola de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural recientemente actualizado.
Esta situación es derivada de las bajas precipitaciones registradas en la temporada de 2023, así como los efectos de la sequía que azotaron en varias regiones de México, incluyendo el centro del país en los últimos tres años.
En el reporte referido las ocho presas de uso agrícola ubicadas en el Estado de México fueron: la Danxhó, ubicada en Jilotepec; la San Andrés Tepetitlán en San Felipe del Progreso; la Taxhimay de Villa del Carbón; La Concepción en Tepotzotlán; El Molino en Aculco; Ñadó ubicada en Aculco, la Francisco José Trinidad Fabela en Atlacomulco y la Huapango en Timilpan.
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De las anteriores, las únicas que cuentan con almacenamientos superiores al 50% de su capacidad fueron La Concepción, Taxhimay y San Andrés Tepetitlán, que a la fecha referida tenían un llenado del 52.0, 59.0 y 83.0 por ciento.
En el caso de la presa La Concepción se estima un déficit del 35.2 por ciento respecto del nivel promedio registrado en los últimos cinco años, del 87.2 por ciento.
La presa Taxhimay solía tener un llenado promedio del 90.1 por ciento en los últimos cinco años a la fecha de referencia, pero al cierre del año pasado contaba con un déficit del 31.1 por ciento.
Mientras que la presa San Andrés Tepetitlán registró un déficit del 15.4 por ciento, pues su llenado promedio a la fecha referida era del 98.4 por ciento.
Niveles por debajo del 50%
Las presas Danxhó, Ñadó y Francisco José Trinidad Fabela cerraron el año pasado con niveles de almacenamiento del 38.0, 29.0 y 20.0 por ciento, respectivamente, cifras que evidencian un déficit estimado en 44.1, 47.7 y 47.4 por ciento.
En los últimos cinco años la presa Danxhó solía cerrar el año con un almacenamiento del 81.1 por ciento, la Ñadó con 75.7 por ciento y la Francisco José Trinidad Fabela con 67.4 por ciento, situación que refleja la grave crisis de almacenamiento de estos cuerpos de agua de uso agrícola.
Niveles alarmantes
La presa El Molino cerró el año pasado con un almacenamiento del 13.0 por ciento, es decir, tuvo un déficit del 52.6 por ciento respecto del nivel que solía tener en promedio los últimos cinco años, estimado en 65.6 por ciento.
Sin embargo, la presa con un nivel crítico de almacenamiento fue la Huapango, que registró un 4.0 por ciento de llenado al cierre de 2023, lo que representa un déficit del 40.5 por ciento respecto del nivel promedio que solía registrar en los últimos cinco años, del 44.5 por ciento.
Es decir, este cuerpo de agua corre con un alto riesgo de secarse en la totalidad este año o en 2025 de no lograr subir sus niveles en la temporada de lluvias de este año.