El segundo motinoviazvo de consultas en salud mental son los problemas de pareja, principalmente, enfocados en sufrir algún tipo de maltrato desde el físico hasta el psicológico o bien, la relación no fue la adecuada, señaló el catedrático de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Alejandro Gudiño Cedeño.
A pocos días de celebrarse el Día del Amor y la Amistad, el especialista comentó que lamentablemente es alta la violencia en el noviazgo, el matrimonio y los diferentes tipos de uniones, pues se transitan de un sentimiento de euforia y entusiasmo a conflictos.
“Se pasa del amor, el equilibrio y la armonía a la agresión, impedimento o la violencia”
Mencionó que el principal factor de las consultas por la acuden los pacientes es porque no se cumplieron las expectativas de una buena relación y se busca identificar ¿qué sucedió? o ¿en qué se falló? o bien por ser víctimas de violencia.
El profesor de la Facultad de Ciencias de la Conducta detalló la mayoría de las personas que solicitan este tipo de atención son mujeres, de 70 a 80 por ciento, por sentimiento de culpabilidad de la ruptura o por involucrarse en relaciones inadecuadas o negativas, lo cual puede marcar de por vida a un individuo.
El maestro en psicología de la salud, indicó que “así como hay termómetros hay “violentometros” en ese tipo de relaciones, se puede empezar con palabras groseras y continuar con ciertas prohibiciones, jalones, empujones, golpes o el control de la vida.
Una tendencia muy vista en los últimos años, agregó, es solicitar a la pareja la contraseña del teléfono celular y de sus cuentas de redes sociales, incluso hasta administrar los perfiles de éstas.
Advirtió que a veces pareciera es un juego pero se puede convertir en una relación conflictiva que atenta contra la integridad de alguno de las dos personas, pues se sale de control la violencia que ejerce uno de ellos y que no frena o denuncia la víctima.
Ejemplificó que a veces entre los jóvenes se pide a la pareja ayudar en realizar la tarea o trabajos escolares, pero luego se convierte en una obligación que es castigada con maltrato en caso de negarse a hacerlo.
“Esto va evolucionando hasta el grado de llegar a impedir salga con determinadas personas, o bien del hogar, decirle cómo se debe vestir hasta la violencia física o lesiones”.
Es importante, dijo, distinguir entre el enamoramiento y el tipo de relación a fin de que no sean tortuosas e impidan un desarrollo o crecimiento como ser humano o entre pareja.