Cual gotas de agua emanando de un manantial, uno a uno de las camisas blancas se fueron concentrando en el Embarcadero Municipal, convirtiéndose en un espejo claro del vació que existe en la presa Miguel Alemán Váldes de Valle de Bravo.
Se trataba de una protesta social convocada por prestadores de servicios turísticos del Pueblo Mágico, quienes urgen las respuestas de las autoridades de los tres niveles de gobierno, ante la crisis hídrica inminente que se vive en la cuenca de la región.
La exigencia popular estuvo dirigida al ingeniero Germán Arturo Martínez Santoyo, director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y responsable del Sistema Cutzamala, al que pertenece la presa de Valle de Bravo.
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"En Valle de Bravo estamos en contingencia ambiental debido a que tenemos una urgente situación por la mala gestión de los recursos hídricos y no vemos ningún plan de acción ante esta crisis", recriminó Patricia, oradora del pliego petitorio de la marcha convocada.
Comenzó minutos después de mediodía, partiendo del Embarcadero Municipal sobre la avenida Fray Gregorio Jiménez de la Cuenca. Eran más de mil, dijera la autoridad municipal "unos mil quinientos".
Todos vestidos de blanco, acompañaron la protesta social con consignas escritas, para advertir a los espectadores de los reclamos que se le hacían a la autoridad.
"No es sequía, es saqueo", "Queremos nuestro lago, y lo queremos lleno", "El lago vale, lo que vale Valle", eran las arengas que clama una multitud enardecida y sedienta de agua y de justicia.
Y es que desde hace más de 15 años, las y los habitantes de este municipio al sur del Estado de México, han denunciado el mal uso y el abuso de los recursos hídricos existentes en toda la cuenca, los cuáles han afectado el nivel de almacenamiento de la presa.
"El abuso lo han hecho particulares de alto poder económico en la construcción de lagos, y por otro, la desatención de las autoridades municipales, estatales y federales, al ser omisas e incapaces de una gestión sustentable de los recursos", sentenció Patricia ante los protestantes en la Plaza Independencia del Centro de Valle de Bravo.
Recorrieron las calles Ameyal, Calzada Santa María, Joaquín Arcadio Pagaza, Francisco González Bocanegra, Durante, avenida Benito Juárez y la calle Independencia, hasta el Jardín Central del municipio.
No había colores políticos, edades, oficios ni profesiones. Tampoco había diferencia de clases, aunque las características de los protestantes las marcaban.
Trabajadores de clubes náuticos, marinas, pensiones, restaurantes, hoteles, lancheros, parapentistas, los dedicados a los recorridos en raizer y cuatrimotos, artesanas de los pueblos originarios, sociedad civil en general, todos eran una sola voz: "¡Que no se sequé el lago!".
Al día de hoy, según la Conagua, el embalse se encuentra en un nivel de almacenamiento por debajo del 37%, siendo el nivel histórico más bajo registrado en la época reciente de la presa.
"Genera graves afectaciones ambientales y sanitarias al dejar al descubierto grandes superficies de azolve con la presencia de contaminantes derivados de la producción agropecuaria en las aguas superiores y de las descargas de aguas negras vertidas", acusó Patricia.
El nivel de la presa, ha dejado afectaciones económicas a las familias que dependen de la actividad turística, de manera directa e indirecta. Ya no "baja" el turismo a Valle de Bravo.
Concluyeron con la marcha leyendo un pliego petitorio de más de 10 puntos, firmado por el "Pueblo y Sociedad Civil Organizada para Salvar el Lago", quienes esperan la respuesta inmediata de la Conagua a tales peticiones.