De enero a julio de este año la Coordinación de Servicios Periciales del Poder Judicial del Estado de México ha recibido seis mil 515 solicitudes para la asignación de un perito en psicología, y es que hasta la fecha sólo cuentan con 45.
Este profesional se involucra en casos muy variados, desde disputas de custodia de menores hasta evaluaciones en situaciones de daño moral, detectar secuelas o indicios de violencia. Su misión es clara: analizar a las personas involucradas en un caso, entender sus motivaciones, emociones y comportamientos, y luego presentar esa información de manera que sea útil y objetiva para el juez.
Para lograrlo, el psicólogo forense realiza entrevistas detalladas y aplica pruebas psicológicas que permiten obtener una visión completa del estado mental de quienes evalúa. A través de estas herramientas, recoge datos cruciales que luego convierte en un dictamen pericial, un documento que resume sus hallazgos de forma clara, precisa y libre de tecnicismos, haciendo que la información sea accesible y comprensible.
Como un puente entre la psicología y el derecho, el psicólogo forense ayuda a que la justicia sea más humana y comprensiva. Su trabajo no solo es entender la mente de las personas, sino hacerlo dentro del marco legal, para que jueces y abogados tomen decisiones más informadas.
En resumen, el psicólogo forense adscrito a la Coordinación de Servicios Periciales del PJEdomex es un experto en descifrar lo que pasa en la mente de las personas, pero lo hace con un propósito legal. Su trabajo es vital para que la justicia no solo sea legalmente correcta, sino también emocionalmente inteligente.