Tenancingo, México.- En mulas y garrafas, campesinos de diferentes comunidades arriban por las mañanas al corazón de esta ciudad, donde ofrecen el tradicional pulque, bebida ancestral que persiste entre los residentes de este municipio.
En garrafas de 20 litros es celosamente transportado desde poblaciones lejanas para ser saboreado entre los lugareños de la cabecera municipal.
Don Luis ‘N’, originario de la comunidad de San Simonito, todas las mañanas, principalmente de sábados y domingos, arriba a la calle de Epigmenio de la Piedra y Riva Palacio, a comerciar el pulque.
Como es ya de costumbre, lleva dos garrafas de 20 litros con las que recorre los negocios o luego se “planta” en una acera, donde ya lo aguardan sus clientes, quienes esperan ansiosos la llegada de la conocida también como bebida de los dioses, por sus dotes afrodisíacos y muchos nutrientes.
Don Luis explica que la elaboración del pulque es un trabajo artesanal, que comienza con el raspado del corazón del maguey, que debe realizarse antes de la época de lluvias. Señala que el raspado se hace ayudado con una barreta, un palo y un machete para poder extraer el aguamiel, el cual se deja fermentar por dos días, periodo en el que alcanza su punto para el consumo.
El tlachiquero -como se les llama a los que raspan el maguey- cuenta que es la tercera generación de su familia que se dedica a esta labor, pues el proceso lo aprendió de su abuelo y su padre.
Comenta que diario raspa entre 15 y 20 magueyes para poder surtir la demanda, que para él significa un ingreso de 13 pesos por litro, precio que sus clientes no reparan en pagar, pues saben que su producto es 100% natural.
Los tlachiqueros y comerciantes se dan cita sobre la calle Cuauhtémoc, en pleno tianguis, para vender la bebida, que tiene demasiada demanda y que también es utilizada para la preparación de alimentos.